Tradiciones Literarias de la Antigüedad

Las grandes tradiciones literarias: La Antigüedad abarca desde la invención de la escritura en Mesopotamia hasta la caída del Imperio Romano. En este período se desarrollan cinco grandes tradiciones: mesopotámica (Poema de Gilgamesh), egipcia (Cuento de Sinuhé), sánscrita (Mahabharata), hebrea y grecorromana.

La literatura hebrea

Su principal manifestación son los 24 libros del Tanaj, que junto con otros 7 forman el Antiguo Testamento, en la tradición cristiana. Los 5 primeros (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) forman la Torá, que combina mito, leyenda y recreación histórica. El Antiguo Testamento alterna distintos géneros narrativos: narrativo (con episodios como los de Jonás y la ballena), profético (Isaías, Jeremías), sapiencial (sentencias del Libro de Job y Eclesiastés) y lírico (Salmos).

La literatura grecolatina

En la tradición grecorromana se da forma al corpus de la mitología clásica, y se configura un repertorio de tópicos que nutrirá la literatura occidental posterior.

Mitos grecolatinos

Pueden organizarse en distintos ciclos: los dioses olímpicos (Zeus, Hera, Hades), héroes y dioses de los ciclos troyanos (Helena, Paris, Aquiles) y tebano (Edipo, Antígona) y otros héroes (Jasón, Teseo).

Tópicos literarios

Son motivos consagrados y recurrentes en la historia de la literatura (beatus ille).

La lírica en Grecia y Roma

Originariamente vinculada a la música (lyra), comprende tres grandes áreas temáticas.

Poesía amatoria

Destacan la lírica monódica de los griegos Safo y Anacreonte; entre los latinos, la poesía dedicada a Lesbia de Catulo, la poesía elegíaca de Tibulo, Propercio y Ovidio y las églogas de Virgilio.

Poesía filosófica-moral

Incluye los epinicios de Tebano Píndaro, que ofrecen una lección ética, y las odas de influencia epicúrea del latino Horacio.

Poesía satírico-burlesca

La crítica de tipo y costumbres se recogen en las obras del griego Lucilio, de los latinos Persio y Juvenal, y del hispanorromano Marcial.

La épica en Grecia y Roma

Dentro de esta tradición surgen las primeras epopeyas occidentales:

Épica griega: Homero

En la Ilíada y la Odisea se fijan los rasgos del género: narración de las hazañas de un héroe, trasfondo histórico, empleo de verso y de fórmulas y epítetos. La Ilíada cuenta las hazañas de Aquiles; la acción es lineal y se concentra en el tiempo y en el espacio. La Odisea narra el largo viaje de Ulises de regreso a Ítaca; esta obra presenta mayor complejidad estructural.

Épica latina: Virgilio

Autor principal de la Eneida. La obra se divide en dos partes: en la primera, Eneas cuenta a Dido su viaje desde Troya hasta el Lacio; en la segunda se relata la fundación de Roma.

El teatro en Grecia y Roma

Se cultivaron fundamentalmente la tragedia y la comedia:

Tragedia

Presenta personajes elevados que sucumben a un destino fatal. Su finalidad es despertar en el espectador compasión y temor, y propiciar la catarsis. Fue cultivada por los griegos Esquilo, Sófocles y Eurípides, y por el romano Séneca.

Comedia

De tono satírico y jocoso, desarrolla técnicas aplicadas en la comedia posterior como el quid pro quo o el uso de personajes tipificados. Entre sus autores destacan el griego Aristófanes y el romano Plauto.

La Literatura Medieval

Los límites de la Edad Media

El inicio de la Edad Media se sitúa en el 476 d.C., fecha ligada a las invasiones bárbaras, y el final en el año 1492, año del descubrimiento de América. Los pueblos bárbaros adoptan en su mayoría como lengua el latín y el cristianismo como religión.

La cultura medieval

Las órdenes monásticas se erigen como las depositarias del legado cultural de la Antigüedad hasta finales del siglo XI. Surgen entonces nuevos centros de cultura: las primeras universidades y algunas cortes nobiliarias.

La literatura medieval

Se diferencian dos vertientes: la religiosa y la profana.

Literatura religiosa

Constituye una expresión artística del teocentrismo de la época. Destacan las obras de Ramon Llull (Libro de amigo y amado) e Hildegarda de Bingen (Scivias).

Literatura profana

Se reconocen dos líneas de desarrollo: literatura popular, de difusión oral, que incluye la épica, la canción de mujer y fabliaux, interpretados por juglares; y la lírica culta, a la que pertenecen la poesía trovadoresca, el roman courtois, el lai, la novela de caballerías y la sentimental. Estas distintas manifestaciones de la literatura culta presentan una concepción común del amor: el amor cortés.

La épica medieval

Está constituida por un amplio número de narraciones en prosa y en verso, escritas principalmente en francés o inglés, protagonizadas por el rey Arturo y los caballeros de la corte de la legendaria Camelot.

Autores y obras

Destacan las crónicas escritas en latín, como la de Geoffrey de Monmouth; los roman courtois de Chrétien de Troyes; los lais de María de Francia; Tristán e Isolda, en las versiones de Béroul y Thomas de Angleterre.

Personajes

El rey Arturo, su esposa Ginebra, su hijo/sobrino Mordred y su hermanastra Morgana; Merlín, su mago y consejero; los caballeros de la Mesa Redonda y los amantes Tristán e Isolda. Todos aparecen en los relatos de la Materia de Bretaña.

El roman courtois

Narración extensa en verso de ambiente caballeresco, antecedente de la novela de caballerías. Escrita por un autor culto que firma su obra, va dirigida a un receptor cortesano. Su principal representante es Chrétien de Troyes.

Los lais

Son poemas narrativos cortos. Destacan los doce lais de María de Francia, dos de los cuales se inscriben en el ciclo artúrico (Madreselva, Lanval).

La poesía provenzal

La primera manifestación de la lírica culta fue elaborada por los trovadores, profesionales que vivían en la corte y que componían el texto y la melodía. Escribían en occitano, aunque pronto surgieron imitaciones en otras lenguas románicas y germánicas. Cultivaron diversos subgéneros líricos: cansó –poema basado en el código de amor cortés–, planh o elegía fúnebre y sirventés o poesía satírica. En la Edad Media, fuera del ámbito occidental, destacan la Historia de Genji, de la autora Murasaki Shikibu, y la poesía china de la dinastía Tang (Wang Wei).