Análisis de la Estructura de “Don Quijote de la Mancha”: Un Viaje por las Tres Salidas
Análisis de la Estructura de Don Quijote de la Mancha: Un Viaje por las Tres Salidas
En 1605 se publica la primera parte del Quijote. En 1607 se edita en Barcelona y se traduce al inglés, alemán, francés e italiano. La acción principal del Quijote está constituida por la narración de tres viajes por la parte occidental de España (La Mancha, Aragón y Cataluña) realizados por el héroe de la obra. Las dos primeras salidas se narran en la primera parte del Quijote (1605) y la tercera en la segunda parte (1615). Analizaremos la novela de acuerdo con estas tres salidas.
Las Tres Salidas del Quijote
- 1ª salida (Capítulos 1-6, 1ª parte de El Quijote, 1605)
- 2ª salida (Capítulos 7-52, 1ª parte de El Quijote, 1605)
- 3ª salida (Capítulos 1-74, 2ª parte de El Quijote, 1615)
Análisis de las Salidas
La obra, que en un principio intentó ser una crítica de los libros de caballerías, trascendió su propósito. A través del análisis de la obra, vemos el hundimiento del reino de la ilusión, la tragedia íntima del propio fracaso y la muerte.
A) Primera Salida
El Quijote empieza con aquellas conocidas palabras: “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…” Al sustituir el “no quiero” por el “no me acuerdo”, Cervantes sustituye la falta de memoria por un acto de voluntad (“no quiero”) lleno de misterio. El protagonista lleva una vida monótona en un soñoliento pueblo de La Mancha y se volverá loco a causa de la pasión que siente por los libros de caballería. Es una enfermedad mental inducida por la literatura. Por ello, transmutará todo en términos de caballería. Cervantes nos presenta, pues, a un Don Quijote como fruto de una aventura libresca. Su locura es intelectual y anacrónica. La novela se basa, pues, en un error producto de la locura del protagonista, que es un hombre sensato, prudente y entendido en todo, menos en lo que afecta a su enfermedad. En los libros de caballerías, el héroe triunfa porque vive en un mundo que no es real. Cervantes critica estas disparatadas historias y defiende una literatura racional y moral.
B) Segunda Salida
Don Quijote no podía vagar solo por los caminos de La Mancha, pues Cervantes se veía obligado a hacerle pronunciar largos soliloquios para que conociéramos sus estados de ánimo. Lo importante es que, a partir del capítulo 7, ha aparecido en El Quijote la inmortal pareja y, con ella, el constante y asombroso diálogo. Gracias al diálogo, entraremos a fondo en el alma de Don Quijote y veremos la oposición entre:
- El sueño caballeresco y la realidad
- La locura idealizadora y la sensatez elemental
- La cultura y la rusticidad
- La ingenuidad y la picardía
En esta segunda salida se introducen otras historias narrativas, pues El Quijote es una novela llena de narraciones que a veces permanecen ajenas a la trama, a veces se insertan en ella. Al final de la segunda salida, Don Quijote va a ser engañado con una ficción caballeresca, aspecto que será muy frecuente en la segunda parte de la novela. Dorotea se ve obligada a inventar una historia inverosímil al estilo de los libros de caballería para que Don Quijote salga de Sierra Morena. Lo ficticio se le presenta ahora como algo real, sin que tenga la necesidad de deformarlo.
C) Tercera Salida
(Capítulos 1-74, 2ª parte del Quijote). Aparece un gran cambio al reaparecer Don Quijote después de diez años. Todos los personajes que intervienen en esta segunda parte conocen la existencia de la primera parte de la novela. En varios momentos, el libro impreso diez años antes será aludido y criticado por los mismos seres de la ficción. La novela de Cervantes ha popularizado la imagen del caballero y, por lo tanto, cambia el ambiente en el que se mueve y él mismo. El Quijote, en la segunda parte, crece en sentido humano y un sentimiento de tristeza domina la obra. Se ha de señalar, en la tercera salida, la quijotización de Sancho, así como del ambiente, porque el Quijote no muere nunca. El valor de la humanidad del libro radica en que Don Quijote y Sancho no son símbolos creados para encarnar el ideal o el sentimiento práctico. Lo importante de esta tercera salida es el doble influjo de Sancho en Don Quijote y viceversa, hasta el punto de verse los caracteres cambiados. Desde el capítulo 30 al 57, ambos han sido acogidos por unos duques en Aragón. La estancia en el palacio de los duques supone, para amo y criado, la ficción hecha realidad. Los duques, ahora que Don Quijote ve la realidad, se han encargado de engañarle desfigurándola. Hay una quijotización del ambiente y, así, va a vivir el mundo ideal como real. En todos estos capítulos, Don Quijote ni tan siquiera hace ya gracia con sus locuras y es que su final está cerca. Finalmente, será vencido por Sansón Carrasco, el “Caballero de la Blanca Luna”. Don Quijote se habla ya sin arcaísmos, se ha quitado la máscara del lenguaje literario. Don Quijote cae enfermo y, ante la sorpresa de todos, ha recuperado la razón. Dice que es Alonso Quijano y luego pide confesión y hace testamento. En Don Quijote, el final es doloroso. Se trata de la tragedia íntima del propio fracaso, del hundimiento del reino de la ilusión.