Cúnigan es el lugar imaginario que simboliza el deseo de la libertad. Es el lugar para escapar de la realidad, soñar y sentirse libre. Cuando la autora sueña libera sus pensamientos y entonces hila y teje un montón de historias que van creando su propia meta ficción. La protagonista siente gran interés por lo desconocido por la libertad y esa libertad se asocia a Cunigan.


El espejo y el pasado

El espejo es una forma de enfrentarse al suyo del pasado, es como un vehículo que le lleva al pasado de su memoria. La protagonista, por consecuencia, al verse reflejada, no solo se traslada al pasado, sino que se aleja del presente la primera vez que se mira en el espejo, le recuerda a la casa, lo que pasaba alguna temporada con su abuelo, donde esperaba que la visita fuera la persona de su sueño, pero como no lo era, se ponían a dibujar y se aislaba de la conversación. Cuando Carmen se mira en el espejo, hay una especie de rechazo de la Carmen del pasado a la Carmen del presente porque está limpiando.


El papel de la mujer durante el franquismo

El papel de la mujer durante el franquismo intentaba seguir el modelo de Isabel la Católica. Las niñas se creaban con la intención de ejercer el papel de madre, buena esposa, satisfacer y complacer las necesidades de su marido. Esa era su misión femenina, pero esta labor va a evolucionando y el ejemplo tenemos en la conversación que vemos de Carmen con su abuela donde Carmen quería ser universitaria y su abuela no entendía porque su nieta quería estudiar.


Las costureras y las modistas

Las costureras por un lado se consideraban de menor calidad que las modistas. Esta se encargaban de la ropa del día día y la gente las trataba con desprecio, exigiendo los retoques y modificaciones en aquellos trajes ya cocidas, mientras que las modistas se le consideraban de un nivel superior y que cuanto más tardaran en darte cita o en terminar de coser, exagera más prestigiosas famosas a lo que habría que añadir que nunca iban a las casas.


Los viajes de Carmen

La primera visita a Madrid consistía en visitar a una modista de alto Standing, buscando unas telas primavera-verano, otoño-invierno. Venirse a Madrid con una modista con sus propias telas era el no va más. Fue a la modista que le había hecho a su madre los trajes de boda. El segundo viaje era para asistir a los estrenos del cine y teatro que no hubieran llegado a una provincias. Ir al teatro. Era mucho más que ir al cine, ya que tarde temprano todas esas obras acabarán llegando a Salamanca. En cambio las compañías de teatro solo pasaban en septiembre y los actores actuaban más desganados y con unos decorados no tan elaborados.


Las Piedrecitas y los recuerdos

Y las Piedrecitas son como unas indicaciones para encontrar el camino hasta llegar a los recuerdos del pasado. El hombre de negro le aconseja que no lo haga así y que deambule en el desorden de sus recuerdos.

Su madre también tuvo también un cuarto de atrás, era el comedor que estaba al final de la casa y daba a una galería donde su madre se sentaba a pintar de pequeña.


La cajita dorada y la memoria

La cajita dorada: tiene un valor de amuleto misterioso, pero además contiene unas pastillas que hacen recordar, rescatan la memoria. el hombre de negro le ofrece unas pastillas para la memoria y Carmen al verlas. Las asocia con las piezas pequeñas del parchís, juego de su infancia es una fugada que conecta cosas con cosas que no tienen nada que ver sobre todo hechos del pasado con los de la actualidad.


La escritura de la novela

Carmen, no recuerdo haber sacado el grabado de su cuarto y a ver escrito aquel conjuro en la hoja que estaba debajo de la máquina, ya que su último recuerdo de aquella hoja había sido escribir una oración del hombre de negro, por lo que nos hace pensar que la novela se va a escribiendo conforme se va leyendo.


La visita al Hotel de Burgos

Carmen viaja con su prima Ángeles al Hotel de Burgos para ir a ver si el coche Pontiac negro era el de su padre, que le fue requisado antes de la guerra. Aquella noche Carmen salió con su prima a dar una vuelta se pintaron los labios con un cacao de color rojo y salieron Carmen se sentía muy observada, pero no quería volver al Hotel, pero a Prima le daba miedo que al llegar estuviera cerrado por lo que regresaron. Cuando fueron a ver si aquel coche destrozado era el de su padre estaban en lo cierto y el hecho de que fueran a indemnizar al padre.


El hombre de negro y la escritura

Quería buscar el cuaderno para escribir lo del Hotel de Burgos y se levantó para buscarlo el hombre de negro al ver a levantarse, le preguntó que qué hacía y ésta le dijo que quería apuntar lo de Burgos. El hombre de negro no sabía nada de lo que estaba hablando es decir toda la historia le da contado Carmen en su pensamiento y lo justificó diciendo que desde que sufría la sordera no sabía cuando hablaba en voz alta. El hombre de negro le dijo que le contara lo de Burgos, pero ella no le dió importancia y le dijo que no. Como no encontraba el cuaderno, el hombre de negro ofreció un boli y un cuaderno para escribirlo.


El papel del hombre de negro

El hombre de negro encuentra un papel escrito por Carmen y le dice que le deje leerlo pero Carmen dice que prefiere leérselo ella cuando ella se pone las gafas este le dice que está muy guapa y Carmen siente que está en un momento de esas películas románticas.

Al final del episodio suena el teléfono con una llamada para el hombre de negro, pero este le pide a Carmen que le diga que él no está y que ya se ha ido de la casa.