El Espacio y la Luz en Luces de Bohemia

El Espacio

La obra carece de unidad espacial, ya que ninguna escena transcurre en el mismo lugar que la anterior. Solo se desarrollan en el mismo lugar las escenas III y última (taberna de Pica-Lagartos), y la escena I y XIII en casa de Max.

Las calles de Madrid

Tienen un papel significativo, pues Max y Don Latino inician un vagabundeo por dichas calles, que servirán de nexo de unión del resto de los lugares donde se desarrollan las escenas. Escenas relevantes que suceden en la calle son:

  • Los enfrentamientos entre el pueblo y la policía, telón de fondo de la acción principal.
  • La detención de Max por escándalo público.
  • La escena de la madre con su hijo muerto.
  • La propia muerte de Max Estrella.

Los espacios de la calle se corresponden con un Madrid real, reconocido por los lectores: el Pretil de los Consejos (librería de Zaratustra), la calle de la Montera (taberna de Pica Lagartos).

París como espacio aludido

Aunque no esté presente en la obra, sirve de contrapunto a este Madrid absurdo, brillante y hambriento. Es el escenario donde se focaliza la nostalgia de los buenos tiempos de la bohemia.

En general, los espacios unidos por la calle no dejan de ser ambientes míseros y sórdidos, que evocan la muerte. Valle-Inclán se preocupa más de la capacidad evocadora que debe presidir el ambiente que de los elementos del decorado. Esto se logra mediante la selección de los elementos, en los que deben tomar parte factores como la hora, el clima, el olor, circunstancias prácticamente irrepresentables. Dado el peculiar tratamiento que hace del espacio Valle-Inclán, en ocasiones habría que recurrir a una técnica cinematográfica para representar primeros planos que aparecen en la descripción, ya que se centra la atención en elementos muy particulares dentro de un conjunto.

La Luz

Si tenemos en cuenta el papel fundamental que le atribuye Valle-Inclán en el escenario, ésta pasa a ser un elemento simbólico. El argumento transcurre desde el crepúsculo hasta el alba, y se prolonga, tras morir Max, hasta el atardecer del siguiente día. Por todo ello, casi no existe la iluminación natural. En las escenas iluminadas por la luna hay un corte profundo entre luz y sombra. En las restantes escenas la iluminación es artificial. Estamos ante luces lóbregas, trémulas, mortecinas o amenazantes: luces de acetileno, velas, faroles, candilejas. Es la propia luz la que provoca el juego del claroscuro, reflejo del personaje protagonista y también aparece como telón de fondo.

La Crítica Social en Luces de Bohemia

Frente a la condensación temporal de la obra, Valle sitúa el argumento en una multiplicidad de espacios. Son espacios reales que Valle deformará por medio de las acotaciones para que se carguen de significación esperpéntica. Cada escena transcurre en un lugar distinto del anterior; de esta manera, Valle puede mostrarnos, gracias a unos protagonistas itinerantes, un panorama lo más amplio posible de la España de su época, ambientes y personajes. Solamente se repiten dos espacios en la obra: la casa de Max, en las escenas I y XIII, que abre y cierra el círculo de la vida de Max, y la taberna de Pica Lagartos, en las escenas III y XV, que abre y cierra el círculo del décimo de lotería. Ambos círculos son muy importantes en la obra, ya que se relacionan con los dos temas de la misma: el destino trágico de los seres humanos y la miseria moral y económica de la sociedad.

Luces de Bohemia es una queja, una crítica colectiva hacia toda una sociedad y un país, de la que no se libra ni el rey, ni los jefes de gobierno y ministros, instituciones como la policía, los patronos, la prensa, los intelectuales y los artistas. También la vida bohemia, tan mitificada y alabada en muchos ambientes de la época de Valle-Inclán, es criticada sarcásticamente. En Luces de Bohemia, el autor denuncia la situación de hambre del pueblo, que saquea tiendas o empeña bienes muy necesitados, como la capa de Max. La fractura social y política de la época se observa en los enfrentamientos entre patronos y obreros, la guerra de África contra la que se rebela el obrero catalán. Valle-Inclán ofrece una imagen negativa de los políticos, que aparecen como vagos, inútiles, corruptos, etc. La obra denuncia dicha corrupción en la concesión de empleos y cargos públicos cuando un Ministro entrega a Max dinero para comprar su silencio. Valle-Inclán presenta la realidad social llena de crueldad y violencia, de desprecio hacia la vida humana, insensibilidad hacia el dolor ajeno, que se puede observar en el terrorismo de la patronal y las organizaciones obreras, el asesinato del preso por la policía, la muerte del niño en brazos de su madre, etc. Las principales críticas que hace Valle-Inclán en Luces de Bohemia son: la corrupción e inutilidad de los políticos de la época, de la policía; de la patronal, de la “ley de fugas” y de la tortura; de la prensa, que se vende al poder; aparece una ironía ante los ambientes intelectuales y las grandes figuras literarias como Rubén Darío; critica la obligación de una chica de 15 años a prostituirse; aparece la visión negativa de los sepultureros ante la sociedad española; al final, la muerte de la mujer e hija de Max acaba con una vida de pobreza y sufrimiento.