“El mañana efímero” es un poema de Antonio Machado que está incluido en su libro “Campos de Castilla”, publicado en 1912. Antonio Machado pertenece a la Generación del 98, grupo de escritores que giraron en torno a 1898 y en los que los graves acontecimientos ocurridos este año dejan una gran huella. Los autores de esta generación (Pío Baroja, Valle-Inclán…) tienen en común un anti-retoricismo y se centran en el tema de España. En “El mañana efímero”, Antonio Machado nos hace referencia a la España de su época, con una situación desastrosa y a la vez contradictoria. Para explicarnos esto, Machado usa imágenes para referirse a la España que ama las fiestas “charanga y pandereta”, “Frascuelo”, “zaragatera”… y otras nos hace referencia a la España religiosa: “cenado y sacristía”, “María”, “esa España inferior que ora”. Esta España, será según Machado la causa de un futuro inmediato que seguirá siendo igual que el presente. Para ellos, nos habla del ayer que sería el padre y el mañana el hijo, por lo tanto, el mañana tendrá las mismas características que su padre. Por último, Machado ofrece una salida al panorama descorazonador de España, ya que el autor afirma que volverá a nacer una España trabajadora, al igual que lo era años anteriores.

El poema es una estrofa compuesta de 42 versos de arte menor, heptasílabos y de arte mayor, endecasílabos. La rima es consonante y el esquema métrico de los 6 primeros versos es abbaba, pero a lo largo del texto su esquema métrico va cambiando, así que no tiene una estructura fija. Este poema podemos dividirlo en 2 partes: la primera parte empieza en el verso 1 y acaba en el verso 34 en donde habla sobre la España anticuada y fiestera. La segunda parte empieza en el verso 35 y acaba en el verso 42 en donde habla sobre la juventud que cambiará España y la mejora que se puede notar con ello, quitando la mala concepción que tienen de las personas de este país.

En el poema podemos destacar las siguientes figuras literarias como el uso del polisíndeton en los versos 4, 5, 6, al repetirse la conjunción “y”. También el uso de personificaciones como “el vano ayer engendrará un mañana” en ella el autor se atribuye al ayer como el poder de poder engendrar. Aquí también podemos ver una antítesis al contraponerse ayer con mañana. Observamos otra personificación en el verso 15 “esa España inferior que ora y bosteza” en ella el autor se atribuye a España el poder de orar y bostezar, en donde estas son cualidades del ser humano. Aquí podemos ver que este verso junto a “esa España inferior que ora y embiste” forman un paralelismo al tener ambas las estructuras similares. Por otro lado, podemos encontrar el uso de anáforas en el verso 32 “de vino malo, un rojo sol corona” y en el verso 33 “de heces turbias las cumbres de granito” en donde en ellas se observa una repetición de la preposición “de”. Estos 2 versos anteriores junto al verso 31 “como la náusea de un borracho aito” tienen comparación entre ellos. Por otro lado, encontramos paralelismos en los versos 41 “España que alborea” y en el verso 43 “España de la rabia y de la idea” porque ambas poseen una estructura muy similar. En el 2º verso destacamos la contraposición entre rabia e idea, formando al mismo tiempo una antítesis. También encontramos otro paralelismo en los versos 16-18 porque ambas poseen una estructura muy similar. Por último, destacamos la existencia de una metáfora en el verso “vacío y ¡por ventura! pasajero” en ella el autor se refiere que no es la España que él quiere ya que se siente triste por no vivir en ese estado que él desea. Hay que destacar el uso de un léxico muy culto y anticuado (uero, aito, zaragatera) con otros más conocidos (lexuzo, charanga, pandereta). Los elementos simbólicos apoyan la idea del pasado, del presente y del futuro de España.

Antonio Machado para entender la crisis de España, propuso la idea de las dos Españas. Una cobarde, que se preocupa más por su pasado y que se refugia en la religión por la gran ignorancia que habita en ella, mientras que la otra España será mucho más activa y mejorará la situación del país.


Esta composición pertenece a la obra El rayo que no cesa (1936) y se titula “Elegía a Ramón Sijé”. Fue escrito por Miguel Hernández (1910-1942), poeta de Orihuela, encarcelado durante la guerra civil por sus ideas republicanas; además muere en la cárcel alejado de su familia. Este es un poeta puente entre la Generación del 27, con la que se identifica más, y a la del 39, a la que pertenecía por su edad. Entre sus obras podemos ver Perito en lunas (1934); Mi sangre es un camino; Vecino de la muerte… pero la obra que lo lleva a su plenitud poética es El rayo que no cesa, en la que trata temas como la vida, el mar y la muerte en composiciones mayoritariamente de sonetos. La elegía a comentar significa una cumbre en la lírica española y un gran poema sobre la amistad. En él, el autor llora la muerte de su amigo, Ramón Sijé, con el cual debate en tertulias literarias en su ciudad, donde consolidan su relación.

El tema del poema es el dolor por la muerte de un ser querido, con el cual se tiene una relación tan fuerte, que su muerte significa algo devastador. El texto se estructura en 2 partes: la primera parte empieza en el verso 1 y acaba en el verso 36, en donde el poeta se lamenta de la muerte de tal manera que se siente lleno de ira e incertidumbre por la noticia. La segunda parte empieza en el verso 37 y acaba en el verso 52, en donde el poeta muestra una actitud más positiva, dentro de lo que cabe, y declara que su amigo lo acompañará y siempre estará en su corazón.

La composición se forma por tercetos encadenados: (11a, 11b, 11a, 11b, 11c…), excepto en el último párrafo, que es un serventesio (11a, 11b, 11a, 11b). Está compuesto por una rima consonante. Hay abundantes recursos estilísticos como metáforas como “frío” o “mármol”, en donde refleja la muerte. También encontramos otras metáforas en los versos 13-14, en donde el poeta para referirse a que la muerte de su amigo es algo muy duro. Observamos también otra metáfora en los versos 37-38-39 en donde el poeta expresa que Ramón Sijé siempre estará presente en la vida de Miguel Hernández. También podemos encontrar muchas más metáforas.

Además, podemos ver hipérboles en los versos 11-12 en donde el poeta exagera el dolor de la muerte, tanto que puede llegar a convertirse en un dolor físico. Observamos otra hipérbole en los versos 18 en donde el autor está exagerando, diciendo que su vida no significa nada si su amigo no vive, además también es una antítesis entre “vida” y “muerte”. Podemos encontrar paralelismo en los versos 25-26-27 en donde no quiere ver la realidad sobre la pérdida de su amigo y no encuentra un porqué. También vemos otro paralelismo, aliteración y anáfora en los versos 31-34 en donde el poeta rectifica el deseo de que vuelva su compañero. Por otro lado, vemos paralelismo y personificación en los versos 22-23 en donde el poeta se atribuye cualidades humanas a la muerte, que es un concepto abstracto como madrugar o levantarse. El autor ensalza el valor de la amistad en la composición de tal modo que dicha relación afectiva perdura más allá de la muerte.


Esta composición titulada “Un día habrá una isla”, del poemario Las islas en que vivo, del poeta Pedro García Cabrera (1905-1981), conocido por ser una figura literaria destacada en la España insular y también peninsular. Su obra y vida se ven conformadas por dos constantes: su compromiso social y su amor a las islas. Además, las circunstancias históricas han definido dos grandes momentos líricos en su trayectoria: en la primera mitad de siglo, donde es creador de un tránsito y buscador de nuevas tendencias; influenciado por modernistas, Juan Ramón Jiménez y Rafael Alberti. En esta etapa escribió otras como Líquenes (1928), su primer poemario; o Transparencias fugadas (1934). En la segunda etapa, en la 2ª mitad de siglo, es en la que el autor se compromete con lo íntimo y social.

El poema a comentar pertenece a esta última parte, concretamente a 1971, escrito en un contexto histórico de represión y censura. Aquí se trata el amor a las islas, la libertad, se enfatiza con el paisaje y el mar, que nos ayuda a superar obstáculos y la soledad. Destacan otros poemarios como Vuelta a la isla (1968), y Hora punta del hombre (1969). La obra puente entre las 2 etapas fue Día de alondras. Además, el autor paró su proceso de creación durante la guerra civil.

El tema viene dado por la circunstancia histórica de este poema que es la libertad, en donde el poeta se siente así ante una sociedad que vivía bajo represión de una dictadura y también aparece la necesidad de la esperanza. El poema “De las islas en que vivo” se puede dividir en 3 partes: la primera parte empieza en el verso 1 y acaba en el verso 5, el autor nos cuenta que en un futuro tendrá libertad y de la esperanza de conseguir esa libertad, en donde también expresa el deseo y la seguridad de la existencia de la libertad que él añora y morirá en ella. La segunda parte empieza en el verso 6 y acaba en el verso 13, el autor nos cuenta la situación en la que está viviendo, en donde afirma que no está solo ya que existen personas que comparten su misma ideología y sus mismos anhelos y los cuales se rebelarán al igual que lo hará él.

Por último, encontramos una tercera parte, que empieza en el verso 14 y acaba en el verso 18, el autor reitera su deseo y tira de sí todo lo negativo que tiene una dictadura, deseando tener esa libertad en un futuro y luchar para que nadie se la vuelva a quitar.

Referente a la estructura del texto, podemos comprobar que el poema tiene una estructura circular, en donde el poeta hace una intención reflexiva y testimonial que hace que se aparte de lo retórico. El poema está compuesto por 18 versos, algunos heptasílabos y otros endecasílabos, por lo tanto, constituyen una silva. En cuanto a la rima, observamos que los versos 2 y 8 no tienen rima, mientras que los versos 1, 5, 9, 13, 17 tienen rima asonante, que proviene de la palabra “isla”. El tiempo del poema es la dictadura franquista y el intento es aludir continuamente a esa dictadura. Además, encontramos diferentes simbologías como: isla: representa el aislamiento y la soledad del hombre en esa época, y en donde aquí el autor está preocupado constantemente por el paisaje creando un mundo en donde la isla es el centro. Horizontes: simboliza el futuro libre y la esperanza. Silencio: simboliza la represión y la falta de libertad en aquella época. El esquema métrico del poema es el siguiente: 7a, 11b, 7c, 11-, 11a, 11d, 11-, 7c, 11a, 7d, 11c, 7-, 11a, 11-, 11-, 11-, 11a, 11b.

En el texto nos podemos encontrar con diversas figuras literarias como metáforas en el verso 1-2 “Un día habrá una isla que no sea silencio amordazado”, en ella el autor expresa su deseo de que exista un lugar en el que se pueda ser libre, aquí la palabra “amordazado” es una metonimia en donde expresan la rabia que tienen al no poder hacer nada ya que no se pueden expresar como ellos quieren, también alude a personas fuera del país. Esta frase también puede ser una personificación. Encontramos otra metáfora en el verso 13 “se tragan el tiempo en carne viva”, en ella el autor expresa el poder del mar y su misión esperanzadora con la que se puede superar la tristeza y la infidelidad. También observamos otra metáfora en el verso 6-7 “están conmigo siempre horizontes y manos de esperanza”, en ella el autor expresa la esperanza de un futuro, después de que haya pasado la represión de la situación del país.

Observamos otra metáfora en el verso 10-11 “aquellos que no pierden el corazón y el rumbo en las tormentas”, en ella el autor expresa el duro momento que está pasando por la dictadura franquista. Por otro lado, podemos encontrar personificaciones en los versos 2-18 “mi silencio amordazado”, en ella el autor expresa una gran angustia por la falta de libertad, ya que están callados por obligación. Encontramos otra personificación en los versos 4-14 “donde mi libertad de sus campos” y “mis palabras se liberen” en ellas el autor demuestra que no existe toda libertad debido a la censura y represión que pasó el poeta durante la dictadura franquista, también expresa el deseo de libertad para expresar sus palabras. También observamos otra personificación en los versos 16 “la alegría del mar”, en ella el autor expresa que el mar es la fuerza por la que debería luchar para seguir adelante y para que la soledad no nos anule de esa lucha. Por otro lado, nos encontramos con una antítesis en los versos 15 “(..) del combate en que muero y en que vivo” en ella el autor refleja lo deprimido que se encuentra él mismo, Pedro García Cabrera al no poder decir lo que realmente piensa. Encontramos otra antítesis como “silencio amordazado” con “palabras que se liberen” en ella el autor se refiere a que no pueden expresarse porque están obligados a no hablar sobre lo que piensan y poder liberarse de esas palabras que se guarda el autor. También encontramos otra antítesis como “silencio amordazado” con “rumores” en ella el autor expresa que ese rumor lo escuchan muchas personas. Por otro lado, encontramos anáforas y paralelismo en los versos 8-10 en donde hay más desfavorecidos, ya que las personas se encuentran en las cárceles por expresar sus ideas. Por otro lado, también encontramos encabalgamiento en los versos 1-2, 8-9, 10-11, 14-15, 17-18, en ella el autor nos expresa la sensación de las olas del mar, el vaivén de las olas del mar. Y por último observamos el empleo de hipérbaton como “solo no estoy” en ella el autor nos quiere destacar el concepto de soledad. En cuanto al vocabulario empleado podemos destacar 2 campos semánticos como son el paisaje (isla, horizonte, orilla, mar) y el de las partes del cuerpo (cara, corazón, carne viva).

Respecto al tema del texto que es la libertad, el autor denuncia la falta de la misma queriendo transformar la sociedad reprimida y censurada en la que vive, a la cual le falta esa libertad que el autor reclama. En aquella época, la guerra civil y la posterior dictadura le afectó ya que se vio amenazado, retenido y exiliado. Este vivió un calvario por sus expresiones culturales producto de sus ansias de libertad. El poeta tiene un objetivo con él mismo, que es querer hacer algo frente a la situación que expresa mediante la poesía.