Exploración de las Vanguardias Artísticas del Siglo XX y la Figura de Ramón Gómez de la Serna
Las Vanguardias: Tendencias, Características y Ramón Gómez de la Serna
Definición y Rasgos Comunes de las Vanguardias
Las vanguardias fueron una serie de movimientos artísticos surgidos en Europa durante el primer tercio del siglo XX con el propósito de renovar radicalmente el arte y la literatura del pasado en respuesta a la crisis del sistema sociopolítico decimonónico evidenciada en la Primera Guerra Mundial. El término “vanguardia” proviene del francés “avant-garde”, de origen militar y político, y refleja el espíritu de confrontación que estos movimientos mantenían frente al arte tradicional. Estos movimientos, conocidos como “ismos”, se manifestaron como actos de rechazo a la cultura burguesa y alcanzaron su apogeo en los años 20, entrando en crisis tras 1929 y desapareciendo en la década de 1930. Algunos movimientos adoptaron posturas fascistas, como el futurismo de Marinetti, mientras que otros, como el surrealismo francés, apoyaron la revolución comunista. A pesar de sus diferencias, compartieron rasgos como la ruptura con el arte del pasado, el rechazo del realismo y del romanticismo, el antisentimentalismo, la búsqueda de originalidad y novedad mediante la experimentación y la provocación, el desprecio hacia el público burgués al crear un arte para minorías y la breve duración de la mayoría de estos movimientos. Además, expresaron su identidad colectiva mediante manifiestos en los que impugnaban la tradición cultural y promovían una revolución estética ligada a un cambio moral y social más profundo. Los movimientos vanguardistas más importantes fueron el futurismo, el cubismo, el expresionismo, el dadaísmo y el surrealismo, mientras que en la literatura española destacaron el ultraísmo y el creacionismo.
Los Movimientos de Vanguardia en Europa
El Expresionismo, de origen alemán, no rechaza totalmente la tradición artística sino que intensifica rasgos del naturalismo e impresionismo, busca representar la realidad interior del artista proyectando tensiones espirituales y una visión trágica y deformada del mundo, utiliza personajes extraños, descripciones simbólicas, motivos grotescos, distorsión y lenguaje libre para impactar al público.
El Futurismo, fundado por Filippo Tommaso Marinetti en 1909, rompe con el pasado y exalta el progreso técnico, las máquinas, la velocidad y la acción, desprecia lo sentimental e introduce la destrucción de la puntuación y la sintaxis para lograr palabras en libertad.
El Cubismo, desarrollado por Guillaume Apollinaire en 1913 a partir del cubismo pictórico de Picasso y Braque, descompone la realidad para reconstruirla mediante la simultaneidad de planos y el collage, valora la disposición visual de las palabras como en los caligramas, y combina sentimentalismo y humor.
El Dadaísmo, fundado en 1916 por Tristan Tzara, es radicalmente destructivo, niega el arte y la literatura, adopta posturas cercanas al nihilismo y anarquismo, defiende la duda, la burla, el humor corrosivo, la rebelión contra la lógica y el lenguaje incoherente, y al decaer da paso al Surrealismo.
El Surrealismo, el movimiento vanguardista más influyente, surge en 1924 con André Breton, busca explorar el subconsciente liberando impulsos reprimidos siguiendo las ideas de Freud, utiliza la escritura automática sin control racional ni preocupación estética para revelar un lenguaje ilógico pero evocador, emplea imágenes visionarias basadas en asociaciones libres e ilógicas, y aborda temas como los sueños, lo inquietante, la magia y el humor negro, influyendo en la rehumanización literaria de autores como Pablo Neruda y poetas del 27 como García Lorca y Rafael Alberti.
Las Vanguardias en España y Gómez de la Serna
En España, además de la influencia de las vanguardias europeas como el surrealismo y el futurismo, surgieron dos movimientos vanguardistas de origen hispánico centrados en la poesía: el creacionismo y el ultraísmo.
El creacionismo fue iniciado en París por el poeta chileno Vicente Huidobro y presentado en España en 1918, proponiendo que la poesía no imite la naturaleza sino que cree realidades nuevas e independientes mediante imágenes originales y relaciones arbitrarias entre palabras, influyendo en poetas como Juan Larea y Gerardo Diego, y dejando como legado la renovación léxica y la originalidad en imágenes y metáforas.
El ultraísmo, surgido en 1919 con influencias del futurismo, el cubismo y el creacionismo, buscaba ir más allá de la estética tradicional incorporando temas de la vida moderna como máquinas, deportes e inventos, empleando imágenes novedosas, cuidando la disposición visual del poema, suprimiendo la anécdota y el sentimentalismo y favoreciendo el juego y la evasión, influyendo brevemente en la Generación del 27 y en autores hispanoamericanos como César Vallejo y Jorge Luis Borges.
Ramón Gómez de la Serna, considerado el principal impulsor de las vanguardias en España, destacó por su estilo personal denominado “ramonismo”, caracterizado por independencia, esteticismo y una respuesta extravagante a la sociedad caótica de su tiempo, reflejada en obras de novela, ensayo, cuento, teatro, periodismo y especialmente en la “greguería”, definida por él como “humorismo + metáfora”, que consistía en definiciones breves, poéticas y humorísticas que rompían con la solemnidad literaria, comparables al haiku japonés, con ejemplos como “La pistola es el grifo de la muerte” o “La lechuga es toda enaguas”. Entre sus obras destacan Ramonismos (1927), Automoribunda (1948), El hombre perdido (1946) y Las tres gracias (1948). Su literatura representa la transición entre la seriedad de la Generación del 98 y el humorismo del Novecentismo y la Generación del 14.