Literatura Hispanoamericana de la Segunda Mitad del Siglo XX: Boom, Realismo Mágico y Tendencias
Literatura Hispanoamericana de la Segunda Mitad del Siglo XX
Contexto General
La literatura hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX se caracteriza por la convergencia de la producción literaria de varios países, un gran número de autores y diversas corrientes estéticas. Según Mario Vargas Llosa, algunas de sus características principales son:
- Interés por los problemas sociales.
- Acciones desarrolladas en la ciudad.
- Búsqueda de nuevas formas de expresión.
- Mezcla de temas reales y fantásticos.
Realismo Mágico
Influenciado por las corrientes europeas y norteamericanas, especialmente por el movimiento surrealista y las ideas de Ortega y Gasset, el realismo mágico se caracteriza por:
- Buscar lo extraordinario en la realidad cotidiana.
- Valorar la realidad latinoamericana apartándose del tradicionalismo.
- Utilizar lo mágico, onírico y fantástico como fundamento de la narración.
- Emplear nuevas técnicas narrativas como el monólogo interior, estructuras complejas e inversiones cronológico-temporales.
Destacan autores como José Luis Borges, Alejo Carpentier y Juan Rulfo. De este último, sobresale su obra Pedro Páramo, en la que la narración rompe con la línea temporal, el pasado y el presente se unen, y la historia es contada por los muertos.
El Boom de la Narrativa Hispanoamericana
El “Boom” surge con una generación de jóvenes autores influenciados por las renovaciones temáticas y formales de los años 50 y 60. Se caracterizó por:
- Rechazo de la mimesis y la invención de la realidad novelesca.
- Incorporación de una temática mítico-alegórica, sin abandonar el existencialismo.
- Crítica al absurdo de los convencionalismos sociales e individuales.
- Presentación de varias intrigas entrelazadas.
- Experimentación con la estructura narrativa, buscando un lector activo que descodifique la obra.
- Búsqueda de nuevos sistemas de lenguaje.
- Uso de múltiples perspectivas y los monólogos interiores.
- Integración total de lo fantástico y lo real.
Gabriel García Márquez, el autor más destacado del Boom, crea Macondo como centro neurálgico de sus novelas. Integra los modos tradicionales de contar historias con las técnicas más complejas, y su capacidad para crear acontecimientos mágicos, sueños y presagios se integra perfectamente en lo cotidiano. En sus obras se refleja la denuncia sobre las situaciones reales de Hispanoamérica. Sus temas principales son el tiempo, la memoria, la soledad, el amor, la pasión y la violencia.
El “Boom” propició la aparición de nuevos autores y el número de novelas publicadas aumentó considerablemente.
Nuevas Tendencias en la Narrativa
Las generaciones jóvenes de escritores debían continuar descubriendo nuevos estilos narrativos para seguir con las aportaciones de los autores consagrados y satisfacer al lector. En los años 70 aparecen dos corrientes narrativas:
- Autores que asumen su papel de comunicadores y sitúan la novela al mismo nivel que otros medios de comunicación, como Manuel Puig con Boquitas pintadas.
- Autores que escriben para una minoría con obras más herméticas y difíciles, dirigidas a lectores iniciados, como Severo Sarduy, quien experimentó con el lenguaje alterando la organización oracional y exponiendo temas como el erotismo y la violencia en obras como De donde son los cantantes.
En general, en los últimos años se han producido novelas menos comprometidas y enfocadas en problemas individuales. Destaca Roberto Bolaño, autor de novelas originales en las que la confluencia de personajes de diversos lugares le sirve para reflexionar sobre las relaciones humanas e ironizar sobre tópicos culturales.
El Cuento Hispanoamericano
El cuento hispanoamericano sufre los mismos cambios que la novela. Una novedad es que la narración empieza en mitad del conflicto o ya al final, centrándose en el “cómo” ocurrió en lugar del “qué”. Otros autores siguen con la estructura tradicional. Se utilizan distintos personajes con distintos puntos de vista, se reduce la intervención del narrador y se cede la voz a los personajes, se emplean relatos en primera y tercera persona, y se posterga la información o los elementos que espera el lector para aumentar la tensión.
En la primera década del siglo XX continúa el regionalismo con Rómulo Gallegos, pero a mediados de siglo se presentan mundos mágicos y misteriosos de la mano de José Luis Borges y Julio Cortázar. La mezcla de realidad y fantasía es constante, se crean mundos fantásticos para elaborar metáforas sobre la realidad. A lo largo de los años se integran temas y técnicas del realismo existencial, del realismo comprometido y del neorrealismo.
- En el realismo mágico, la realidad y la fantasía parten del mismo mundo.
- El surrealismo recupera las tradiciones culturales precolombinas.
Suelen ser relatos cortos en los que la acción se crea alrededor de un momento importante de la vida del protagonista, sin situaciones intermedias. Hay pocos personajes y lugares. El narrador juega con las expectativas del lector creando momentos de tensión.
A partir de la decadencia del “Boom”, la variedad de estéticas es enorme, pero aumenta la creación de microrrelatos o microcuentos. Destacan Augusto Monterroso y Andrés Neuman.