Matilda: Un Relato de Inteligencia, Justicia y Superación Familiar
Introducción
Matilda es una niña dulce, comprensible, amable… pero algo la diferencia de las demás: su inteligencia. Vive en el seno de una familia cuya única preocupación es ver la tele y el dinero. Su padre es un estafador, se dedica a vender coches de segunda mano en mal estado. La pequeña es ignorada por su familia, que desconoce su alto coeficiente intelectual y la desprecia por no tener las mismas aspiraciones.
En casa tiene que luchar contra una familia de ignorantes cuya única preocupación es ganar dinero, y se avergüenza de ella porque, en lugar de ver la tele como sería normal en el seno familiar, se encierra en su cuarto a leer. Se siente incomprendida y, aunque sufre, sus libros le hacen la vida más agradable.
Una característica de esta pequeña heroína es su fuerte sentido de la justicia y del deber de proteger a los más débiles. Se enfrenta a su violento padre y a la corpulenta y enloquecida directora del colegio.
El señor y la señora Wormwood, padres de Matilda, son profundos memos integrales que no saben ver lo que hay más allá de la caja tonta que preside su salón. Él es un próspero vendedor de coches que se ha hecho rico a costa de engañar a sus compradores, vendiendo chatarra a precio de segunda mano.
La señora Wormwood es el prototipo de una mujer adicta al bingo y a la belleza, incapaz de abrir nada con letras que no sea una revista del corazón, incapaz de hacer algo que no sea comprar comida preparada, ver la tele y mirar con preocupación a su niña, porque “ningún hombre busca una mujer inteligente para casarse”. “La señora Wormwood comía con los ojos pendientes del serial americano de la pequeña pantalla. Era una mujerona con el pelo teñido de rubio platino, excepto en las raíces cercanas al cuero cabelludo, donde era de color castaño parduzco. Iba muy maquillada y tenía uno de esos tipos abotargados y poco agraciados en los que la carne parece estar atada alrededor del cuerpo para evitar que se caiga”. “Al parecer, el bingo de las tardes la dejaba tan agotada, tanto física como moralmente, que nunca tenía fuerzas suficientes para hacer una cena casera.”
Su hermano, Michael, era un niño a lo que sus padres llamaban “normal”, en comparación con su otra hija, Matilda. Mike heredó la estupidez y la holgazanería de sus padres; el prototipo de hijo al que se le concedía todos los caprichos y deseos.
El contenido machista en los personajes
Se puede observar, analizando el texto detenidamente, que el contenido que aparece en muchos diálogos de la obra refleja el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a justificar y promover el mantenimiento de actitudes discriminatorias contra las mujeres.
Los padres de Matilda no llevaron a su hija a la escuela a su debido momento, quizás por dejadez, o por su mentalidad machista, en el que a la mujer se le considera sumisa al marido, y su meta o finalidad a seguir es la de contraer matrimonio y la de procrear como una forma preferente de autorrealización, sin tener en cuenta su educación y su futuro profesional.
Como la señora Wormwood es una vaga, prefiere darle la razón en todo momento a su marido para no entrar en discusión, y es capaz de pasarse así la vida entera, aceptando ideas y órdenes con las que no está de acuerdo o con las que no se siente cómoda, ya que el marido es el que toma todas las decisiones, y ella se deja desautorizar y menospreciar en todo momento, lo cual es un muy mal ejemplo para Matilda, ya que su madre le está enseñando a ser el prototipo de una mujer sumisa, aún siendo consciente de la realidad.
Teoría de la Educación: la Señorita Honey y la Señorita Trunchbull; dos posturas contrapuestas
La Señorita Honey
Como su nombre indica (traducción del inglés, Miel) se trata de una maestra dulce y buena que se preocupa de educar a Matilda y la acoge en su casa como si fuera su propia hija; de hecho, la adopta. Es la única que cree a la pequeña cuando nadie lo hace, la que le presta su apoyo, comprensión y cariño. Matilda ve en ella a un ser adorable en quien confiar.
La señorita Trunchbull
Es la temible y odiada directora del colegio; la malvada bruja del cuento. Sólo su aspecto ya impone: era, sobre todo, una mujerona impresionante que en tiempos pasados fue una famosa atleta. Se había dedicado al lanzamiento de martillo, especialidad en la que todavía se mantenía en forma utilizando para entrenar a niños como martillo humano. Matilda se siente cohibida por la directora, que atormenta a los niños, sobre todo a los más pequeños, hacia los que siente un rechazo total y absoluto.
Matilda es una novela infantil de temática fantástica que incita al fomento de la lectura. Recuerdo que uno de los regalos que recibí en mi cumpleaños, hace ya más de siete años, fue el libro de Matilda, y lo recuerdo con especial cariño, porque en gran parte fue uno de los libros que me motivaron a seguir leyendo. Profundizando en temas del libro, se hace alusión a las relaciones y diálogo padres-hijos, la concienciación sobre las diferencias personales y posibilitando la aceptación mutua. También se hace una reflexión sobre el sistema escolar, que ya he desarrollado anteriormente haciendo referencia a las teorías educativas.
En resumen, pienso que el mensaje principal que transmite Matilda es que todos nos podemos mejorar a nosotros mismos, independientemente de los factores que te rodean, que no siempre te tienen por qué condicionar, ya que en el ejemplo de Matilda los padres ejercen un papel pésimo, porque no son capaces de ver el portento que tienen como hija y únicamente le atribuyen cualidades negativas. Incluso al principio de esta obra, el escritor nos habla de los tipos de padres que existen, que aunque no lo parezca, siguen habiendo demasiados.