Mester de Clerecía: Orígenes, Autores y Obras Clave en la Literatura Medieval Española
El Mester de Clerecía: Definición y Características
En el siglo XIII surge una nueva corriente poética culta denominada mester de clerecía (oficio de clérigos), en oposición al mester de juglaría. Se conoce como mester de clerecía a este conjunto de obras compuestas por clérigos durante los siglos XIII y XIV.
Características del Mester de Clerecía
- Contenido: Son textos de contenido religioso y moral (vidas de santos, milagros de la Virgen).
- Finalidad: Didáctica y moralizante, para enseñar al pueblo modelos de conducta cristiana.
- Género literario: Aunque estas obras están escritas en verso, pertenecen al género narrativo, ya que en ellas un narrador nos cuenta una historia sobre unos personajes.
- Transmisión: Los clérigos creaban sus propios textos y los recogían por escrito, pero como la mayor parte del pueblo era analfabeta, la transmisión solía ser oral, a partir de la lectura pública o el recitado del texto escrito (en misas o celebraciones religiosas, por ejemplo).
- Lengua: Los clérigos conocían los textos latinos y se inspiraron en ellos para componer sus obras. No obstante, como el pueblo cada vez tenía más dificultades para entender el latín, escribieron sus obras en castellano.
- Métrica: La estrofa utilizada es la cuaderna vía, formada por cuatro versos alejandrinos (14 sílabas) que riman entre sí en consonante (AAAA).
Diferencias entre el Mester de Juglaría y el Mester de Clerecía
Tanto el mester de clerecía como el de juglaría estaban compuestos por obras narrativas en verso escritas para el pueblo. No obstante, podemos señalar una serie de diferencias:
MESTER DE JUGLARÍA | MESTER DE CLERECÍA |
---|---|
Formado por juglares (gente del pueblo) | Formado por clérigos (nobles cultos) |
Los juglares recibían regalos o dinero por entretener al pueblo | Los clérigos no cobraban, ya que no vivían de eso |
Recitaban de memoria obras anónimas que no eran suyas | También transmitían sus obras de forma oral, pero escribían sus propias obras |
Temas: guerra y hazañas de héroes | Temas: religiosos y morales |
Finalidad: entretener al pueblo | Finalidad: enseñar al pueblo |
Lenguaje: más espontáneo y popular | Lenguaje: más culto y refinado |
Métrica: largas tiradas de versos irregulares con rima asonante | Métrica: cuaderna vía |
Principales Autores del Mester de Clerecía
Gonzalo de Berceo: Milagros de Nuestra Señora
Gonzalo de Berceo vivió durante el siglo XIII. Es el primer poeta castellano de nombre conocido, ya que en la Edad Media era frecuente no firmar las obras. De entre todas sus obras destacan los Milagros de Nuestra Señora.
Los Milagros de Nuestra Señora son relatos de milagros que muestran cómo la Virgen protege y perdona a sus devotos, aunque cometan algún pecado.
La obra está formada por dos partes:
- Una introducción en la que el narrador se presenta como un peregrino que llega a un prado idílico, que representa a la Virgen.
- Un conjunto de 25 milagros con una estructura que se repite:
- Se presenta al personaje protagonista del milagro, que es un devoto de la Virgen.
- Se cuentan las dificultades o problemas que sufre el devoto.
- La Virgen interviene realizando un milagro para ayudar al devoto.
- El relato acaba con una especie de moraleja que, además, alaba a la Virgen.
Arcipreste de Hita: El Libro de Buen Amor
Juan Ruiz, el arcipreste de Hita, vivió durante el siglo XIV. De entre todas sus obras destaca el Libro de Buen Amor.
El Libro de Buen Amor se presenta como una reflexión que opone el amor terrenal (loco amor) y sus males a la bondad del amor divino (el buen amor). Para ello, el arcipreste narra una serie de aventuras amorosas protagonizadas por él mismo (se trata de una autobiografía ficticia, ya que las historias son inventadas) que acaban de forma desastrosa. Todo ello para que los que las escucharan acabaran rechazando ese amor terrenal.
No obstante, la interpretación de la obra es compleja, ya que aunque la obra tiene una finalidad didáctica propia de las obras del mester de clerecía, también encontramos una alegría vital del protagonista, un deseo de disfrutar de la vida y del amor y un interés por entretener a los lectores que no eran muy frecuentes en las obras del mester de clerecía. Encontramos, por tanto, una curiosa mezcla entre lo religioso y lo profano.
El contenido de la obra es variado y muy diverso, si bien todos los elementos quedan unidos bajo la figura del arcipreste, que es el narrador y, en ocasiones, el protagonista:
- Aventuras amorosas del arcipreste con varias mujeres. En algunas de estas historias, el protagonista consigue cierto éxito gracias a la ayuda de la vieja alcahueta Trotaconventos.
- Un planto o llanto fúnebre por la muerte de Trotaconventos.
- Oraciones y alabanzas a la Virgen.
- Un episodio épico escrito en tono humorístico: es la Batalla de don Carnal y doña Cuaresma.
- Serranas, que narran cómo el protagonista es acosado por mujeres de la sierra.
- Ejemplos. Son cuentos o fábulas que tratan de enseñar algo, por lo que contienen moraleja.
A nivel de métrica, la obra utiliza distintos tipos de versos y estrofas. Además, la parodia y la ironía son utilizadas a menudo como forma de caricaturizar la sociedad.
El Nacimiento del Romance y su Evolución
El romance aparece escrito por primera vez en las Glosas Emilianenses y en las Glosas Silenses. Ambas son del siglo X, y consisten en una serie de anotaciones al margen escritas en romance que los monjes hacían para comprender o resumir algunas partes del texto en latín. Eran como las anotaciones que hoy en día hacemos en los apuntes para estudiar.
Desde esta fecha empieza a utilizarse ya el castellano dentro del reino de Castilla. No obstante, este castellano primitivo era muy inestable y carecía de fijación y de reglas unificadas, por lo que cada persona lo hablaba y escribía de forma distinta. De este modo, consideramos que el castellano como lengua nace en el siglo XIII, cuando empieza a utilizarse como lengua escrita y, por tanto, empieza a fijarse.
Alfonso X y la Escuela de Traductores de Toledo
La labor del rey Alfonso X el Sabio y de la Escuela de Traductores de Toledo fue imprescindible para la fijación del castellano. Esta escuela estaba formada por cristianos, judíos y musulmanes, y llevó a cabo la traducción de numerosas obras de la antigüedad escritas en diferentes lenguas como latín, griego, árabe o hebreo.
Al llegar al trono en el siglo XIII, Alfonso X impulsó la traducción de obras al castellano y la creación de obras originales en nuestra lengua. De este modo, estableció y unificó unas reglas ortográficas y logró que el castellano se convirtiera en la lengua oficial del reino, utilizándose para hablar, para escribir documentos jurídicos, legales, históricos… y también para la creación de obras literarias.