Novecentismo y Generación del 14: Características, Autores y Obras Clave
Novecentismo o Generación del 14: Características de la Novela, el Ensayo y la figura de Juan Ramón Jiménez
Definición y Características del Novecentismo o Generación del 14
La Generación del 14, también conocida como Novecentismo, agrupa a un conjunto de autores españoles situados cronológicamente entre el Modernismo, la Generación del 98 y la Generación del 27. Su principal objetivo fue la renovación estética de la literatura y el arte, adoptando un estilo más moderno y europeísta. Estos autores compartían una inclinación por las letras, un carácter liberal y un fuerte deseo de renovación estética.
El término “Noucentisme” fue acuñado por Eugenio d’Ors en 1906 para referirse a un movimiento de renovación cultural en Cataluña. Posteriormente, el término “Novecentismo” se extendió para abarcar a toda una nueva generación artística y literaria en España: la Generación del 14, llamada así por el impacto de la Primera Guerra Mundial en sus miembros.
Entre los principales integrantes del Novecentismo se encuentran los pensadores y ensayistas José Ortega y Gasset y Eugenio d’Ors; los narradores Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró; el poeta Juan Ramón Jiménez; y el dramaturgo Jacinto Grau. A ellos se suman figuras como Manuel Azaña, Gregorio Marañón, y Américo Castro en el ensayo; Benjamín Jarnés en la novela; y Tomás Morales en poesía.
Aunque no se puede hablar estrictamente de un grupo homogéneo, la mayoría comparte las siguientes características:
- Sólida formación intelectual: Eran universitarios, con estudios en el extranjero y políglotas.
- Europeísmo: Consideraban a Europa como el modelo para la modernización de España.
- Preocupación por la ciencia y la educación: Veían estos factores como cruciales para la transformación del país.
- Cultivo de la inteligencia y la cultura: Rechazaban las actitudes bohemias y promovían la razón y la serenidad.
- Conciencia de élite: Se consideraban una minoría intelectual cosmopolita.
- Difusión de ideas: Utilizaban revistas, periódicos y tertulias para debatir y difundir sus ideas (Revista de Occidente, El Semanario España, tertulias en el Café Pombo, etc.).
- Labor intelectual como referente: Se veían como referentes para la modernización del país, ya fuera como escritores, pensadores, científicos o políticos (como Azaña).
- Objetividad frente al irracionalismo: A diferencia de la Generación del 98, eran más objetivos en su análisis de los problemas.
El Novecentismo buscaba romper con la estética modernista y también se oponía a los postulados de la Generación del 98. Sus novelas se centraban en cuestiones intelectuales y no sentimentales, buscando un estilo depurado. Las características principales de su concepto de novela son:
- Distanciamiento entre autor y obra: El arte se concebía como un juego, sin reflejar la realidad ni lo personal.
- Valor estético puro: La obra de arte solo debía tener un valor estético (“deshumanización del arte”, según Ortega y Gasset).
- Racionalismo: El estilo era frío, riguroso, pulcro y racional, centrado en los aspectos formales y dejando de lado los elementos humanos profundos.
- Antirromanticismo: Huían del sentimentalismo, exaltando lo clásico, lo sereno y lo equilibrado (lo apolíneo). Predominaba el tono enunciativo, creando un arte selectivo, para minorías.
- Búsqueda de la belleza y el arte puro: Priorizaban el pensamiento sobre la experiencia vital, valorando la forma y el cuidado del lenguaje.
- Visión racional de España: Abordaban el tema de España desde una perspectiva racional y serena, proponiendo un vitalismo estético y ético, y buscando la modernidad urbana en lugar del ruralismo del 98.
La Novela Novecentista: Ramón Pérez de Ayala
Los novecentistas se alejaron de la novela realista y optaron por una narrativa innovadora. Gabriel Miró se inclinó por el lirismo, Wenceslao Fernández Flórez por la ironía y el humor, y Pérez de Ayala y Benjamín Jarnés por el intelectualismo.
Ramón Pérez de Ayala, inicialmente poeta modernista, es el principal representante de la novela intelectual. Experimentó con la estructura, el punto de vista narrativo, el perspectivismo irónico y la técnica del contrapunto (acciones o ideas simultáneas y antitéticas). Su estilo era rico, combinando elementos populares y cultos.
Su obra se divide en tres etapas:
- Primera etapa: Tetralogía que narra la vida de Alberto Díaz de Guzmán, un personaje barojiano que representa al autor. Destaca *Troteras y danzaderas* (1913), que ofrece una visión de la bohemia literaria madrileña de principios de siglo.
- Segunda etapa: *Novelas poemáticas de la vida española* (1916), un volumen con tres relatos (*Prometeo*, *Luz de domingo* y *La caída de los Limones*). En estas obras, las ideas sociales críticas ganan importancia. Utiliza mitos como el de Ulises y Prometeo para reflexionar sobre el fracaso de las aspiraciones vitales, y critica el caciquismo y la política española.
- Tercera etapa: A partir de 1921, su etapa más lograda. La acción disminuye, los personajes encarnan ideas o actitudes vitales, y abundan las disquisiciones sobre política, moral y estética, utilizando el juego de perspectivas. Su obra más destacada de este periodo es *Belarmino y Apolonio*.
El Ensayo Novecentista: José Ortega y Gasset
José Ortega y Gasset fue una figura central del Novecentismo, a veces referida como la “generación de Ortega”. Colaboró en periódicos, fundó revistas (como la *Revista de Occidente*) y dio conferencias. Sus ensayos abordan dos temas principales:
- Estética: En *Ideas sobre la novela*, defiende la necesidad de “deshumanizar” la novela, restando importancia a la trama y potenciando elementos como la atmósfera, lo intelectual y el estilo.
En *La deshumanización del Arte*, Ortega analiza el arte de vanguardia en España. Argumenta que el arte moderno divide al público entre una minoría capaz de entenderlo y una mayoría que no. La minoría busca un arte despojado de humanidad, basado en lo intelectual y lo formal, intranscendente y lúdico.
- El tema de España: En *España invertebrada* (1921) y *La rebelión de las masas* (1930), analiza las tensiones sociales en España, causadas por el auge del movimiento obrero y el despertar de los nacionalismos.
Eugenio d’Ors es otro ensayista destacado de la época. Con un afán reformador, buscaba transmitir un nuevo talante vital a través de la educación estética. Entre sus obras destacan *La filosofía del hombre que trabaja y juega* e *Introducción a la vida angélica*, donde distingue tres niveles en el hombre: el subconsciente, el estado angélico y la conciencia. También escribió ensayos como *Las ideas y las formas* y *Tres horas en el Museo del Prado*.
Juan Ramón Jiménez: Trayectoria Poética y Etapas
La muerte de su padre afectó profundamente a Juan Ramón Jiménez, llevándolo a ser internado en sanatorios en Francia y Madrid. En Madrid, entró en contacto con Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza, y vivió en la Residencia de Estudiantes. Fue un hombre egocéntrico e hipersensible, propenso a la melancolía y a crisis nerviosas, buscando la soledad y la reflexión. Él mismo dividió su trayectoria literaria en tres etapas:
- Primera Época o Época Sensitiva (1896-1915): Influenciado por los poetas románticos españoles (Rosalía de Castro y Bécquer) y los modernistas (Rubén Darío). En *Nubes*, evoca la infancia solitaria, la vida como dolor y su obsesión por la muerte. *Rimas* refleja la influencia de los simbolistas franceses y su admiración por Bécquer.
En 1903 publica *Arias tristes* y en 1904, *Jardines lejanos*, obras dentro del Modernismo intimista y simbolista, con atmósferas melancólicas, sentimientos de soledad, el paso del tiempo, la muerte, recuerdos, jardines, flores, fuentes, paisajes otoñales, léxico decadente y sinestesias. Cierra esta etapa *Estío* (1916), con una poesía conceptual y formalmente sencilla. *Platero y yo* presenta breves relatos líricos, mostrando un cambio de estilo y actitud, abandonando el egocentrismo y la estética decadentista para observar el entorno y las vidas ajenas.
- Segunda Época o Época Intelectual (1915-1936): Caracterizada por la poesía pura, la búsqueda de un lenguaje lírico preciso para expresar la esencia de las cosas, y una expresión natural, alejada de la retórica modernista.
*Diario de un poeta recién casado* (1917) recoge las impresiones de su viaje a Nueva York para casarse con Zenobia. Introduce novedades como la mezcla de prosa y verso libre, y un lenguaje preciso y directo. Los temas son variados: amor, tiempo, muerte, su salida de España, el viaje y la vida estadounidense.
En *Eternidades* (1918) y *Piedra y cielo* (1919), Juan Ramón se muestra más íntimo, buscando describir el misterio de la belleza y la eternidad. Los poemas son breves y densos. Comienza a dirigirse a “la inmensa minoría”, refiriéndose a las personas sensibles.
Entre 1925 y 1935, edita poemas, corrige y ordena su obra, y elabora nuevos proyectos interrumpidos por la guerra civil y el exilio. *La estación total*, publicada en Buenos Aires en 1946, recoge poemas metafísicos que anhelan la eternidad y escapar de los límites de la muerte.
- Tercera Época o Época Suficiente o Verdadera: Abarca su producción poética durante el exilio americano. Se aísla y profundiza en su búsqueda de la trascendencia. *Dios deseado y deseante* (1948-1949) invoca a un dios creado por él, identificado con la naturaleza y la belleza.
En 1957, tras recibir el Premio Nobel de Literatura y la muerte de su esposa, Juan Ramón cierra su trayectoria poética con la *Tercera antolojía poética*, que incluye notas dedicadas a Zenobia y reflexiones sobre su obra.
También es importante destacar su faceta como prosista, aunque no se detalle aquí.