Panorama de la Literatura Española de Posguerra: Poesía, Teatro y Narrativa (1936-1960)
La Poesía de Posguerra
La Poesía Arraigada
La lírica de la generación del 36 aspiraba a la serenidad clásica renacentista, pero frecuentemente adquiere un tono frío y academicista. Es la llamada poesía arraigada, aquella que crece y se nutre sin angustias en un mundo que consideran armónico y ordenado. El garcilismo, o la revalorización de Garcilaso, habían empezado en 1936. En los años de posguerra deriva hacia la valoración de las formas clásicas, sobre todo el soneto, y el predominio del tema amoroso, religioso y patriótico. El garcilasismo recoge el gusto por el neopopularismo. En esta línea se inscriben Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco y Leopoldo Panero.
La Poesía Existencial o Desarraigada
Esta corriente aparece en 1944 con Hijos de la ira de Dámaso Alonso, revulsivo en el plácido ambiente garcilasista. La poesía desarraigada, de tono trágico y existencial, se centra en el ser humano, en su dolor, desesperación y angustia ante un mundo caótico. Manifiesta un sentimiento de desarraigo, emparentado con el tremendismo narrativo del momento. El tema religioso, frecuentemente también presente en esta poesía, adquiere un tono existencial, patente en las abundantes invocaciones y preguntas a Dios sobre el sentimiento del sufrimiento humano. A veces, subyace en esta poesía cierto tono social. En cuanto al estilo, rechaza la estética serena y armónica del garcilasismo y se inclina por un lenguaje directo, coloquial, duro, apasionado y con imágenes tremendistas. Representa esta tendencia Carlos Bousoño.
La Poesía Social de los Años Cincuenta
En torno a 1950 aparece la poesía social que manifiesta la solidaridad con los demás. De hecho, se convierten en elementos centrales del poema los factores sociales que aparecían como elementos secundarios en la poesía existencial de los años cuarenta. Los temas de que trata la poesía social son la alienación, la injusticia y la solidaridad. Es decir, plantea temas que afectan a la colectividad más que al propio poeta. Se recupera el tema de España. El estilo es sencillo, cercano al lenguaje coloquial, a veces prosaico y muy expresivo, pues pretende llegar a la inmensa mayoría. Al mismo tiempo, ese estilo genera su propia retórica en torno a ciertos conceptos que se repiten.
Autores Destacados
Blas de Otero (1916-1976)
Es uno de los poetas más representativos, pues sus etapas reflejan la evolución de la poesía en esa época: el existencialismo desarraigado, la poesía social comprometida y la renovación poética.
- Primera etapa existencial: Es una poesía religiosa muy personal. El tema amoroso aparece enlazado al religioso, pues el amor se presenta como una posible salvación a las angustias y a la sociedad. Emplea un estilo desgarrado y violento, muy expresivo y denso. Predomina el soneto, aunque también escribe poemas en verso libre.
- Segunda etapa de poesía social: Se inicia en 1955. Es una poesía de testimonio y denuncia que plantea la solidaridad con los que sufren y el tema de España. El estilo pierde el tono dramático anterior y se inclina hacia una mayor sencillez en lenguaje y formas, con predominio del verso libre.
- Tercera etapa: Supone una renovación del lenguaje y de las imágenes, de influencia surrealista, y en ella predominan los temas intimistas.
El Teatro de Posguerra
Del Drama Ideológico al Teatro Realista Social
Frente a la literatura de evasión, aparece un teatro grave y existencial, que evoluciona hacia el realismo social en los años cincuenta. Algunos autores marcan el punto de partida de esta tendencia que será la dominante en la década de 1950. Es un momento en que aparece un nuevo público, la censura no es tan férrea y la literatura tiende hacia el compromiso social. El teatro realista y social aborda los problemas de la sociedad española de la época y abandona el tono escapista del teatro precedente. En general, las obras tienen planteamientos y resoluciones muy esquemáticas y directas, pues se pretende llegar a un amplio público.
La Literatura de Posguerra desde los Años Cuarenta a los Sesenta
En los años treinta, surge un teatro propagandístico de contenido social y político que, a menudo, cuaja en obras de planteamientos esquemáticos y simples. En ambos bandos, el teatro se emplea como instrumento ideológico. Entre los autores teatrales que marcharon al exilio se encontraban Alejandro Casona, entre otros. Todos ellos continuaron escribiendo teatro fuera de España.
Alejandro Casona
Es un autor conocido antes de la guerra. Escribe un teatro poético, simbólico, muy bien construido, que plantea el conflicto entre la realidad y la fantasía, o entre la ilusión y la verdad. Su teatro en el exilio continúa la misma línea en temas y estilo. En 1962 vuelve a España con motivo del estreno de una de sus mejores obras, La dama del alba, escrita en 1944.
El Teatro Humorístico
El teatro cómico de la posguerra surge en torno a un grupo de humoristas relacionados con la revista La Codorniz, publicación satírica que empleaba un humor bastante intelectualizado. Diversos autores escribieron este tipo de teatro humorístico. Su teatro explota las posibilidades cómicas del lenguaje mediante equívocos y juegos de palabras disparatados. Pero, a menudo, ese humor esconde una visión amarga y escéptica de la realidad. El punto débil de este teatro es que la obra puede quedar reducida a un cúmulo de chistes.
Miguel Mihura (1906-1977)
Está en la misma línea de teatro cómico, basado en el humor absurdo. Escribe teatro, guiones de cine y periodismo humorístico. Mihura emplea un humor basado en la dislocación del lenguaje, lejos del humor del género chico dominante en los escenarios; por otra parte, propone una visión diferente de la sociedad, ya que manifiesta simpatía por unos personajes libres de prejuicios y marginales, enfrentados con un mundo cursi, encorsetado y convencional, que se presenta bajo la apariencia del orden y la decencia. Los grotescos personajes-tipo y el lenguaje vanguardista emparentan la obra de Mihura con Jardiel Poncela y Gómez de la Serna; la visión crítica de la sociedad le liga al teatro del absurdo de Beckett o de Ionesco. Su gran éxito fue Tres sombreros de copa.
Antonio Buero Vallejo
.En 1949 se concede el premio de teatro Lope de Vega. Se inicia el teatro de testimonio y
compromiso. Lo novedoso de la obra de Buero Vallejo es el tema, ya que plantea los conflictos de la sociedad de su
tiempo; muestra la realidad de la posguerra y pone en escena al pueblo bajo con sus problemas que, en parte,
derivan de la guerra, mientras que, al mismo tiempo, ignora la realidad oficial. Historia de una escalera muestra
algunos rasgos que caracterizarán toda la obra del autor: intenta, por ejemplo, inquietar y comprometer al espectador
en la búsqueda de la verdad, como hacen sus personajes y, en esa búsqueda, plantea interrogantes sobre el ser humano
y su actitud frente al entorno. -En el teatro de Buero Vallejo, predominan las obras realistas, presenta caracteres
complejos yproblemáticos en su proyección social. Junto al teatro realista, Buero Vallejo escribe obras de otro tipo. En
otras piezas incluye la fantasía o el mito y, finalmente, escribe un teatro en torno a la tortura y a la culpa. -Lo que aporta
unidad y coherencia al teatro de Buero es el tono ético y la carga de inquietud que renueva y dignifica la escena.
Plantea problemas fundamentales del ser humano e incorpora al espectador a esa inquietud. En su obra, la búsqueda de
la verdad aparece como objetivo ineludible, de ahí el tono de desasosiego, un mundo trágico, pero fundado en la
esperanza humana.-Narrativa o novela del exilio: La novela de los años treinta, como la poesía, tendido hacia la
rehumanización y el compromiso social, tras abandonar la deshumanización de los años veinte. Sus obras se realizan al
margen de la literatura que se hace en España y, en general, tratan con insistencia sobre el tema de la guerra. -La novela
de los años cuarenta: En la inmediata posguerra se hace evidente la ruptura de la natural evolución literaria. Así, la
novela no puede enlazar con la narrativa social de los años treinta, prohibida por el franquismo, ni parece válida la estética
deshumanizada de los años veinte. En ese panorama de desconcierto abundan tres tipos de narraciones, todas de estilo
tradicional: ideológica, realista y humorística. –La novela ideológica o de ideas, desde la perspectiva de los vencedores,
recoge a menudo el tema de la guerra. –En la novela realista recoge lo tradicional –La novela humorística tuvo un amplio
público. Hasta los años cincuenta no comienzan los indicios de renovación. En la década de 1940 sólo hay casos excepcionales
y aislados, como Camilo José Cela, Carmen Laforet y Miguel Delibes. -La publicación de La familia de pascual Duarte (1942),
de Cela, y de Nada, de Carmen Laforet, marcan el inicio de una nueva narrativa. Comparten el tono sombrío y existencial,
que contrasta con el triunfalismo o la actitud evasiva, general en la novela de éxito de la inmediata posguerra. Pero otras obras
de Miguel Delibes reflejan el desolado mundo de la posguerra desde una perspectiva pesimista y existencial.—
.–La narrativa de la década de los cincuenta: Novela social: La novela española de esta década recoge pronto las
nuevaspreocupaciones sociales y abandona la visión existencial, dominante en la década anterior. A lo largo de la
década, el realismo social se intensifica y en el año 1954 alcanza uno de sus momentos cumbre, pues se publican
varias obras de este tipo. El tema de la novela es la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo,
las dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales; la explotación del proletariado y
la banalidad de la vida burguesa. El estilo es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, pues se
pretende llegar a un amplio público, así, la técnica se supedita a los contenidos testimoniales o críticos.–Objetivismo
y realismo social: –El objetivismo pretende presentar la realidad desde una perspectiva neutral. Sigue las teorías
conductistas o behavioristas. Es la técnica que usa el nouveau roman francés ya citado. En general, la novela objetivista
presenta los siguientes rasgos: elautor no aparece en la obra; se limita la importancia del protagonista, o bien aparece
un protagonista colectivo; se concentra el tiempo y el espacio, y es una novela sencilla de estructura y estilo. –El
realismo crítico es una evolución del objetivismo. Pretende denunciar de forma más explícita las injusticias sociales. El
escritor asume un compromiso con la realidad, pues la literatura comprometida intenta transformarla. Suele presentar
personajes-tipo, es decir, representativos de su clase, antes que seres individualizados.