Pedro Páramo: desarrollo y conclusión
1. DESARROLLO
1.1. ESTRUCTURA DE “PEDRO PÁRAMO”
En este apartado estudiaremos la distinción entre
la historia contada por la obra y la narración o manera de contarla. Sin
embargo, comentaremos previamente la estructura interna y externa de la obra.En cuanto a la ESTRUCTURA EXTERNA, la obra consta
de 70 secuencias breves que se distinguen unas de otras por un simple espacio
tipográfico. El lector deberá hilar dichas secuencias, como si de un
rompecabezas se tratase, para así dar sentido a la historia narrada. Los
continuos saltos cronológicos, así como la brusca alternancia entre monólogos interiores
y diálogos, explican la necesaria relectura recomendada por el autor.Por otro lado, la ESTRUCTURA INTERNA atiende a dos
líneas narrativas, las cuales van desarrollándose gracias al entrecruce entre
ambas.La primera de ellas se corresponde con Juan
Preciado, está narrada en primera persona y sigue un orden cronológico. La
segunda gira en torno a Pedro Páramo, está narrada en tercera persona y carece
de orden cronológico.Pero, sin duda, lo que más sorprende al lector es
que, en la secuencia 36, se da cuenta de que Juan Preciado está muerto y
enterrado junto a Dorotea, a quien narra su historia en primera persona;
historia que el lector pensaba que narraba para sí mismo.Atendiendo a esto último, podemos situar las
secuencias 1-36 (ó 37) en la línea primera, referente a Juan Preciado, y el
resto (38-70) en la segunda línea, en la cual Juan Preciado y Dorotea conocen
la historia de Pedro Páramo a través de los murmullos.Esta complicada estructura no es casual, sino fruto
de una meditada elaboración basada en la eliminación, condensación e incansable
autocorrección por parte del autor; tal y como confesó Rulfo, llevó a cabo una
profunda supresión de aquello que constituían posibles intromisiones del autor.
Esta supresión favorece el avance abrupto entre secuencias, esto es, una
elipsis narrativa de sucesos que sumergen al lector en un desorden cronológico
difícil de reconstruir, y que recuerda a la narrativa de Faulkner.Este desconcierto inicial, acentuado por el vacío
entre las secuencias 5 y 6, se va suavizando poco a poco con una serie de
enlaces que permiten interrelacionar secuencias y organizar el relato. El
lector debe permanecer atento y abierto a las pistas que le permitan hilvanar
las secuencias y comprender, por tanto, la historia. Es esta participación del
lector en la trama la que Rulfo persigue con su renovación de las técnicas
narrativas hispanoamericanas.
1.1.1. LA HISTORIA
Comienza con la infancia de Pedro Páramo y finaliza
con la muerte de Juan Preciado, el cual, enterrado en compañía de Dorotea,
escucha las voces de los muertos.La infancia de Pedro Páramo abarca desde la
secuencia 6 hasta la 10, con un salto sobre la 9. En la secuencia 13 muere
Lucas Páramo, padre de Pedro Páramo, el cual aparecerá de nuevo en la secuencia
43. Pedro llega a “la Media Luna” -su hacienda- en la secuencia 20, y de ahí a
la 23 se narra, entre otras, su boda con Dolores Preciado; una boda por interés
y cuya noche conecta con la secuencia 9. Entre las secuencias 18 y 24 (con un
salto entre 20-22) prima el asesinato de Toribio Aldrete. En este momento se
enlaza con la secuencia 9 ya mencionada, donde Dolores abandona Comala con su
hijo Juan. Pero Juan Preciado no es el único hijo de Pedro Páramo y, en la
secuencia 41, Pedro Páramo adopta a Miguel, su hijo natural, por presiones del
padre Rentería. Los amoríos de Miguel Páramo comienzan a relatarse en la
secuencia 38, y en la 41 Dorotea se acusa, en presencia del padre Rentería, de
haber apalabrado decenas de muchachas al hijo del cacique. Miguel será asesinado
en las secuencias 11 y 12 y su padre se enterará de su muerte en la secuencia
40. Además, su entierro se narra en la secuencia 14; en la 15 el padre Rentería
se lo cuenta a Anita, su sobrina y a la vez amante de Miguelito; y en la 16 se
suceden unos rumores sobre apariciones del muchacho. Posteriormente, en la
secuencia 17, el padre Rentería recuerda el suicidio de Eduviges Dyada, mujer
que se encargaba del alojamiento de los recién llegados a Comala. Más adelante,
en la secuencia 44, llegan a Comala Bartolomé San Juan y su hija Susana, la
cual, en la secuencia 46, aceptará casarse con Pedro Páramo. En la secuencia
siguiente se pacta la muerte de Don Bartolomé, el cual es asesinado en la
secuencia 49 con la consiguiente angustia de su hija. Las visiones y la
enfermedad de Susana abarcan las secuencias 48-51, pero también la 57, en la
cual Susana sueña con Florencio, y desde la 62 hasta la 64. Susana morirá en
ésta última rechazando la bendición del padre Rentería. En la secuencia 52 es
asesinado Fulgor Sedano -capataz de Pedro Páramo- y en la 54, 55, 58, 61 y 67
se hace referencia a la insurrección de los cristeros y se narran las andanzas
del Ticualte, el cual terminará derrotado.La soledad de Pedro Páramo se acentúa a partir de
la secuencia 66 a consecuencia de la ausencia de Susana. Por otro lado, la
evolución de la revolución y la postura del padre Rentería frente a la misma
sumergen al cacique en una decadencia que se precipitará violentamente hasta su
apuñalamiento (secuencia 69) y muerte (secuencia 70) a manos de Abundio, uno de
sus hijos.Paralelamente a la historia de Pedro Páramo, se
narra la de su hijo Juan Preciado, el cual llega a Comala en busca de su padre
y en cumplimiento de la última voluntad de su madre. Su llegada y encuentro con
Abundio se relata entre las secuencias 1 y 4. Después, entre las secuencias
5-9, 18 y 25-35, Juan recorrerá Comala escuchando susurros y viendo fantasmas;
destacamos aquí su encuentro con Eduviges. En la secuencia 36 (ó 37) nos
enteramos de la muerte de Juan Preciado, el cual permanece enterrado junto a
Dorotea (evidente en la secuencia 39). Ambos oyen, e incluso comentan las voces
de los muertos, esos murmullos que habitan Comala. Cabe destacar aquí el
monólogo de Susana (que está también enterrada) sobre su madre en la secuencia
42 y los comentarios de Juan y Dorotea en la secuencia siguiente. Y,
concluyendo así con la historia de Pedro Páramo, Dorotea y Juan Preciado
intervienen por última vez en la secuencia 65; la secuencia más breve de la
novela, donde Dorotea afirma que vio morir a Susana San Juan.
1.1.2. LA NARRACIÓN
Permite observar cómo van sucediéndose los
diferentes episodios con un desconcierto evidente con el que Rulfo busca no
sólo la participación del lector, sino también su interés por la trama mediante
un suspense gradual.Las cinco primeras secuencias se corresponden con
la llegada de Juan Preciado a Comala y su encuentro con Abundio y Eduviges,
respectivamente. El recién llegado inicia una conversación con Eduviges en la
secuencia 5, que continúa en la 9 tras un salto de tres secuencias, en las que
se narra la primera edad de Pedro Páramo. Las secuencias comprendidas entre la
10 y la 17 son secuencias referentes al cacique, que comienzan con su infancia
y la de Susana, pero se centran en los desmanes de Miguel hasta su muerte,
entierro y posteriores recuerdos del padre Rentería sobre el suicidio de
Eduviges, pasando por la escena compartida por éste y su sobrina Anita.La secuencia 18 introduce de nuevo la línea de Juan
Preciado, donde aparece por primera vez Damiana Cisneros, pero enseguida se
retrocede a la historia de Pedro Páramo para relatar el ajuste de cuentas y
muerte de Toribio Aldrete entre las secuencias 19-24. Dentro de esta misma
línea, hay un salto hacia atrás (20 y 22) referente a la boda de conveniencia
entre Pedro Páramo y Dolores Preciado. Entre las secuencias 25 y 37 Juan
recorrerá Comala y conocerá a sus gentes hasta su muerte en la secuencia 36.Las secuencias 38-41 corresponden a la línea de
Pedro Páramo a excepción de la 39 en la que Juan y Dorotea (ambos enterrados)
conversan sobre la vida y la muerte; esta escena continúa en la secuencia 42 y
43 con los monólogos de Susana y las voces de otros muertos. Estos monólogos interiores
de Susana continuarán en las secuencias 50 y 53, pero antes (44-49) se narra la
llegada de la muchacha a Comala (retroceso dentro de la misma línea de Pedro
Páramo), su boda con el cacique y la muerte de su padre. La enfermedad y muerte
de Susana, en alternancia con los acontecimientos revolucionarios, corresponden
a las secuencias 50-65 (con la excepción 50 y 53 ya referida).Las cuatro últimas secuencias narrarán la soledad
de Pedro Páramo tras la muerte de Susana, así como su progresiva decadencia
hasta su muerte.
1.2. EL ESPACIO NARRATIVO. COMALA
El espacio narrativo donde se
desarrolla la novela es Comala. Pero Comala no es un lugar concreto de la
geografía mexicana, sino que recrea todos aquellos pueblos de la tierra natal
de Rulfo que iban quedando abandonados.No obstante, las dimensiones de Comala
son múltiples. Por lo general, se habla de tres Comalas: la edénica, la
infernal y la real.La primera de ellas corresponde a un
pueblo fértil y hermoso, que Dolores Preciados evocaba ante su hijo. Será esta
Comala feliz de Doloritas la que despierte en Juan Preciado la ilusión de ir en
busca de su padre.En segundo lugar, la Comala infernal
dota a la novela del ambiente necesario para que sus habitantes frustrados
vaguen por sus calles condenados a revivir su pasado y a convivir con sus
pecados.Pero también existe una Comala en la que conviven las
características de las otras dos: la Comala real. Mientras la Comala edénica y
la infernal se relacionan con la vida y la muerte, respectivamente, la Comala
real se identifica con el poder tiránico, con la violencia y la injusticia, es
decir, con la figura de Pedro Páramo.
1.3. PERSONAJES DE “PEDRO PÁRAMO”
Una comprensión global de la novela
implica la captación plena de las individualidades de cada personaje. Para
ello, vamos a centrarnos ahora en el análisis de la psicología de los
personajes principales, pues, a pesar de la fugaz aparición de la mayoría de
ellos, todos están trazados con gran perspicacia psicológica.En primer lugar citamos a Pedro Páramo. Pedro Páramo, causante
del hundimiento de Comala, pertenece al grupo de figuras tratado
tradicionalmente en la novela hispanoamericana: el cacique que explota a los
campesinos.Todos los personajes giran en torno a
él para mostrar así en qué medida ejerce la violencia sobre Comala; una
violencia propia únicamente de su mundo exterior, pues interiormente se
encuentra dominado por el amor hacia Susana San Juan. Pedro Páramo es incapaz
de unificar su vida exterior con la interior, y es precisamente de ésta
dualidad de donde emana su carácter trágico. Tras la muerte de Susana, su vida
exterior se verá anulada y el sentimiento amoroso primará sobre él.Su obsesión por Susana permite
descubrir que toda su violencia está en realidad orientada a alcanzar el amor
de Susana: “Esperé treinta años a que regresaras, Susana. Esperé a tenerlo
todo. No solamente algo, sino todo lo que se pudiera conseguir de modo que no
nos quedara ningún deseo, sólo el tuyo, el deseo de ti”. Esto nos indica que su
mundo exterior también está regido por el amor.El hecho de que tanto mundo interior
como mundo exterior estén bañados por el sentimiento amoroso nos aleja de una
concepción de Pedro Páramo como la historia de un cacique para interpretarla
como una novela de amor.Susana San Juan fue la única ilusión de
Pedro Páramo, y no poder conseguir esta ilusión lo convierte en un personaje
frustrado.Paralelamente, la violencia referida en
un primer momento se ve acentuada con una serie de personajes, cuya aparición
en la novela es escasa, pero cuya psicología está perfectamente dibujada, y
cuya función de intensificadores de la violencia es imprescindible citar. Ellos
son Fulgor Sedano, a través del cual
Pedro Páramo ejerce su poder despótico; el
Ticualte, que sirve al cacique para anular la revolución, y Gerardo, reflejo certero de la
ingratitud de Pedro Páramo.A pesar de la brutalidad y frialdad que
encierra Pedro Páramo, suavizada en parte por su amor por Susana, el cacique
llega a adoptar un cierto sentimiento de culpa a raíz de la muerte de su hijo
Miguel. Además, cuando Susana muera, caerá en la más profunda soledad.Susana
San Juan es el ideal, y, sin embargo, es un personaje turbador. Constituye
el máximo anhelo en la vida de Pedro Páramo, y su control -aunque inconsciente-
sobre los sentimientos del cacique explican que sea el único personaje no
dominado por Pedro Páramo, al contrario, es ella la que domina su mundo
interior y, consecuentemente, su mundo exterior.Además,
podemos considerar a Susana como un personaje crítico, pues Rulfo expresa a
través de ella su crítica hacia el pensamiento tradicional que defiende la
religión como única salvación. Esto se explicita cuando Susana, poco antes de
morir, rechaza la bendición del padre Rentería. Y es que la religión no es
suficiente para salvar a Susana, al igual que tampoco lo es-como argumenta
Rulfo- para salvar a Comala.Así como Pedro Páramo personaliza la
muerte, Susana San Juan representa la vida. Pedro Páramo sobrevive a la muerte
de su abuelo, de su padre, de su hijo Miguel, y, poco a poco, va
endureciéndose. Pedro Páramo y la muerte van íntimamente unidos.En el lado opuesto, Susana San Juan
rehuye la muerte; una muerte que amenaza constantemente con destruirla, pero a
la cual ella logra hacerle frente. Tras la muerte de su madre, no llora y el
fallecimiento de su padre supone para ella la liberación suprema. En último
lugar, y, ya frente a su propia muerte, rechaza la religión como vía de
salvación y se refugia en los recuerdos de su amor idílico por Florencio.
Además, la muerte de Susana, al adoptar una postura fetal, parece indicar un
anhelo de vuelta al origen de la vida.El otro eje es Juan Preciado. En el extremo opuesto a Pedro Páramo, Juan Preciado
encarna al personaje abandonado en busca del padre y del paraíso idealizado por
su madre.Dos únicos personajes, Dolores y Abundio, sirven de unión entre padre e hijo.Por un lado, Dolores representa la expolición de Comala, la cual la lleva a
encargar la venganza a su hijo. Pero no será esta venganza la que mueva a Juan
a visitar Comala, sino la ilusión. Y será el fracaso de esta ilusión la que le
conduzca a la muerte en la secuencia 36.Por otra parte, otro de los hijos del
desalmado cacique es Abundio. Este
enigmático personaje se deja ver por primera vez en la segunda secuencia,
introduciendo a Juan Preciado en Comala, y no volverá a aparecer -con una
estudiada simetría- hasta la secuencia penúltima. Será en esta secuencia donde,
borracho, asesine a Pedro Páramo, trasladando así a Juan Preciado a un segundo
plano y convirtiéndolo en un personaje positivo al quedar claro lo ya referido:
Juan no es el vengador de Pedro Páramo.Además, podemos establecer una
oposición entre Dolores y Abundio. Mientras Dolores se limita a despotricar contra
su marido, Abundio toma la venganza por su mano.Damiana
Cisneros, Eduviges Dyada y Dorotea la Cuarraca son las tres
mujeres que acompañan a Juan Preciado en su viaje al mundo de los muertos y en
su reposo, y cuyo papel principal es el de informar a dicho personaje. Esto
tiene. El hecho tiene una sencilla explicación: al no estar totalmente sujetos
a la violencia del cacique, son los personajes más objetivos.Por otro lado, estas mujeres establecen
con Juan Preciado una curiosa relación de madre-hijo difícilmente visible. Esta
relación emana de uno de los mayores temas de obsesión en Juan Rulfo -el tema
de la madre.Para terminar, queda el padre Rentería. Este personaje no está del todo supeditado a Pedro Páramo
y representa el mundo espiritual. Al igual que Susana, es un personaje a través
del cual se critica la religión y la Iglesia.Si Pedro Páramo encarnaba la violencia física, el padre Rentería
significa la máxima expresión de la violencia espiritual, ya que a pesar de su
gran influencia en la religión negará todo tipo de ayuda al pueblo. Esta
negación del apoyo espiritual, como método de salvación, refleja la idea que
del pecado presentan los habitantes de Comala. El padre Rentería es el único
que posee el poder necesario para dotar al pueblo de la ayuda que éste
solicita; sin embargo, no lo hará. Al igual que no intercederá por Miguel
Páramo y tampoco otorgará la salvación a Dorotea.
1.4. TÉCNICAS NARRATIVAS Y ESTILÍSTICAS
De entre los aspectos técnicos que
aparecen en la novela, ya se han citado, en apartados anteriores, los más
destacados: el entrecruce de dos historias diferentes, el desorden cronológico,
las elipsis narrativas entre secuencias, la mezcla entre la ficción y la
realidad, las descripciones sobrias pero a la vez intensas,…Pero quizá sea el monólogo interior la
modalidad narrativa más destacada en la obra de Rulfo.Mediante estos MONÓLOGOS INTERIORES, el
lector se introduce en la vida privada de los personajes. El autor reproduce el
mundo interior de sus personajes mientras que permanece impasible.El monólogo es un discurso que carece
de una organización lógica y en el cual los personajes expresan, mediante una
reducida sintaxis, sus pensamientos en su estado más original y elemental, es
decir, tal y como salen de la mente.La crítica, al analizar la novela de
Rulfo, diferencia entre el MONÓLOGO TRADICIONAL, en el cual se muestran los
pensamientos del personaje, pero sin una participación intensa de su mundo
interior, y el MONÓLOGO INTERIOR EN SENTIDO ESTRICTO, donde se presentan los
pensamientos más íntimos y más cercanos al subconsciente.En el primero de los casos, podemos
citar los monólogos de personajes secundarios como el padre Rentería o Fulgor
Sedano. En cuanto a los monólogos entendidos en sentido estricto, destacan los
de Susana San Juan, aunque también los de Pedro Páramo.Pero es, sin duda, la alternancia entre
estos monólogos y los diálogos lo que contribuye a clasificar a Pedro Páramo
como una de las novelas más trabajadas y a la vez fragmentadas de la literatura
hispanoamericana.Aunque es difícil englobar a todos los
diálogos que aparecen en Pedro Páramo bajo un mismo perfil, pues son muy
abundantes y diferentes entre sí, es importante señalar que domina el diálogo
conciso, sobrio e intenso a la vez.La calidad de estos diálogos introduce
el siguiente punto de nuestro estudio:
1.4.1. EL ESTILO LITERARIO DE RULFO.
En primer lugar, es importante apreciar
cómo el lenguaje del autor está influido directamente por una serie de
características que acompañaron a Rulfo en su producción: la condensación, la
supresión, así como un proceso constante de depuración, desembocaron en una
elaboración sumamente escrupulosa.Por otra parte, a la hora de tratar el
lenguaje de Pedro Páramo, es necesario hacer referencia a la perfecta convivencia
entre las raíces más populares y la cima estética.El lenguaje es una de las facetas que
Rulfo ha cuidado al máximo; partiendo de que el lenguaje es primordial para
crear el mundo ficticio, tuvo en cuenta que, para caracterizar a Comala y a sus
habitantes, era necesario acudir al lenguaje del pueblo, y para ello recurrió
no sólo a los mexicanismos, sino a vocablos y expresiones populares, a gran
cantidad de diminutivos y a un continuo lenguaje pleonástico.Con los mexicanismos presentes en la novela, el autor circunscribe
su obra a una zona delimitada: el ambiente mexicano. Tal es el caso de chicoteándose, mitote o encampanarse.
Todos ellos son regionalistas y, sin embargo, no es imprescindible un glosario
al final de la novela, pues las oraciones son lo suficientemente expresivas por
sí mismas: “fue muy fácil encampanarse a la DoloresCabe la posibilidad de que el lector se pregunte el porqué del uso
de estos términos tan regionalistas si su significado se deduce fácilmente del
contexto. La respuesta es sencilla: Rulfo busca con ellos dar verosimilitud a
su obra, ya que los hechos, por sí solos, resultan bastante ficticios.También es notable la presencia de vocablos populares comoapechugó, apalancó o achaparrado,
cuya función es la misma que en el caso anterior: infundir sensación de
realidad al ambiente narrado.Por otro lado, hay expresiones extraídas directamente de la lengua
hablada, como pueden ser ciertos arcaísmoscomo nomás o determinadas transcripciones ortográficas de conversaciones
cotidianas: “pa emborracharme más pronto”o “diyitas Otro medio para reforzar la sensación de un ambiente popular son
los diminutivos. Es importante destacar que el uso de los sufijos es abundante
en todo el Estado mexicano. Además, existe cierta preferencia por el sufijo
-ito.Por último, el lenguaje pleonástico no sólo busca acentuar el
sabor popular, sino también dotar a la narración de un cierto ritmo, para
expresar así cómo el mundo narrado permanece detenido por y en sí mismo: “-No
se preocupe por mí -le dije- Por mí no se preocupe”.
1.5. SIGNIFICACIÓN DE PEDRO PÁRAMO
La novela se presenta como un confuso
mundo, como una compleja realidad, donde es difícil diferenciar entre la vida y
la muerte. Pero, aunque es evidente la referencia al plano de la muerte, lo que
inquieta al lector no es la presencia de ese mundo, sino la ambigüedad de sus
fronteras.Paralelamente, el lector se sorprende
con el estado de los personajes, con esos muertos que actúan como si estuvieran
vivos; aunque varias entrevistas de Rulfo permiten deducir que todos los
personajes están muertos desde el principio.Un primer código de significación de la
novela puede ser el histórico y social, pues la acción se desarrolla en un
tiempo concreto: el último tercio del siglo XIX y el primero del siglo XX.Sin embargo, una amplia serie de
elementos motivan la existencia de un plano mexicano. Por un lado citamos la
soledad, el fatalismo, la búsqueda de la identidad (tanto del padre como del
paraíso perdido), el sentimiento de estar sujetos a fuerzas superiores y una
evidente necesidad de lo fantástico como único refugio ante la hostilidad de la
vida. Por otra parte, la concepción de los cuerpos de los muertos con
características de vivientes, junto a la creencia de que “son las ánimas, las
ánimas de aquellos muertos que murieron en pecado; pues regresaban en su mayor
parte”permiten
apreciar cómo Rulfo parte de las tradiciones populares mexicanas que explican
la presencia de las almas en pena condenadas a revivir su pasado y a convivir
con sus remordimientos.Y son todos estos valores universales
(soledad, poder, muerte,…) los que dotan a Pedro Páramo de un carácter
universal, que logra sobrepasar el aparente regionalismo.Es necesario profundizar ahora en la
citada búsqueda de la identidad.Son muchas y muy variadas las
interpretaciones y las simbologías que del viaje de Juan Preciado a Comala se
han dado. Pero sólo dos han conseguido aunar a la críticaEn primer lugar citamos la búsqueda del origen, o más
concretamente, la búsqueda del padre. Juan persigue encontrar al padre que
nunca conoció, persigue el regreso al mundo al que un día perteneció y del cual
fue separado.En segundo lugar, el motivo del viaje se identifica con la
búsqueda del paraíso perdido; ese paraíso que Dolores nos da a conocer, pero
que pierde, con el tiempo, su encanto. Comala es castigada cuando Pedro Páramo
comienza a ejercer su poder despótico y, poco a poco, va transformándose hasta
convertirse en el infierno que ahoga a sus habitantes.Por último, señalar la significación quizá
más certera que emana de las frustraciones de los personajes. El fondo común de
estas frustraciones es la ilusión. La ilusión mueve y anima a los personajes,
pero, cuando estos comprenden que dicha ilusión es irrealizable, mueren.Juan Preciado no tenía pensado cumplir
con la promesa hecha a su madre “hasta ahora pronto cuando comencé a llenarme
de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un
mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo”, y más
adelante confiesa, “vine a buscar a Pedro Páramo, que según parece fue mi
padre. Me trajo la ilusión”. Juan muere porque su ilusión es Comala y Comala ha
muerto. Tal y como le dice Dorotea: “¿La ilusión? Eso cuesta caro”. Señalamos
aquí que la frustración de Dorotea es la búsqueda de un hijo, un hijo encarnado
por Juan Preciado: “sólo se me ocurre que debería ser yo la que te tuviera
abrazado a ti”.Pero también Pedro Páramo es un
personaje frustrado; Pedro Páramo aspira a un amor idealizado con Susana, mientras
que ella, por su parte, se exilia en un marco de ensueño que desencadena su
trágico final.Para terminar, citamos las palabras en boca de Dorotea que trazan
la concepción más amarga de la vida, la ilusión y la desilusión: “lo único que
la hace a una mover los pies es la esperanza de que al morir la lleven a una de
un lugar a otro; pero cuando a una le cierran una puerta y la que queda abierta
es nomás la del infierno, más vale no haber nacido…”.
2. CONCLUSIÓN
Al leer Pedro Páramo por primera vez, es como si un gran vendaval
hubiera arrancado páginas de un libro mayor; como si alguien hubiera eliminado
varios episodios de la novela. Y es que Rulfo optó por los silencios, por las
escenas cortadas para que sus personajes actuaran libremente. Por ello el
lector debe reconstruir la historia, llenar esos vacíos y quedar así impregnado
por la desolación y la frustración, incluso más allá de la muerte.Como hemos visto, Rulfo creó Pedro Páramo a través de una
estructura compleja y meditada. Así logró entremezclar al lector con la confusa
historia que la obra narra, a la vez que cumplió con el propósito de renovar
las técnicas narrativas.Por otra parte, Rulfo se sirvió de Comala para recrear ese mundo
desesperanzado en el que se mueven los personajes de su novela.En cuanto a los aspectos técnicos y estilísticos, destacan los
continuos saltos cronológicos y la mezcla entre ficción y realidad que, junto a
la sobriedad descriptiva y a la elaboración escrupulosa, han convertido a Pedro
Páramo en un clásico de la lengua española.No obstante, la novela alberga numerosos enigmas que parecen
escapar incluso a los propios personajes. Por un lado, el estado de los
personajes es una duda constante en el lector, ¿están todos muertos? Asimismo,
la frontera entre la vida y la muerte se presenta tan confusa que su oposición
no es absoluta.En Pedro Páramo confluyen la realidad y la ficción, la mexicanidad
y la universalidad, la brevedad y la intensidad. A través de Comala, Rulfo
presenta un mundo dominado por la culpa, el odio y la venganza, que puede
situarse en cualquier lugar precisamente porque no está en ninguna parte, y
porque puede estar en cualquier parte.