Transformación de la Lírica a Finales del Siglo XIX: Influencias y Características
La Transformación de la Lírica a Finales del Siglo XIX
La renovación de la lírica a finales del siglo XIX estuvo marcada por un clima de rebeldía, reflejo de la crisis de la época. Los escritores buscaban la originalidad, a veces rozando la rareza y la extravagancia. Se propuso una nueva escala de valores sociales y éticos, rechazando el mundo burgués y su aversión a la irracionalidad y el caos. El modernismo fue visto por muchos como una fuerza disgregadora y anárquica. El artista romántico se sentía al margen de la sociedad, rebelde y rechazando una realidad en la que no podía ni quería integrarse.
Precedentes e Influencias
La riqueza de la literatura española de finales del siglo XIX y principios del XX tiene su origen en la confluencia de movimientos literarios, artísticos y filosóficos. La relación de muchos escritores de la época con el modernismo hispanoamericano, y en particular con Rubén Darío, es evidente. El contacto permanente y las relaciones personales hicieron que la influencia fuera mutua.
La influencia francesa fue fundamental a través de:
- El Parnasianismo: Basado en el ideal del arte por el arte. El arte y la belleza están por encima del bien y del mal, siendo el único consuelo en la vida. Influyó en el modernismo por su anhelo de perfección formal, su afición al detalle y el gusto por temas como la mitología griega, el exotismo oriental y las civilizaciones antiguas.
- El Simbolismo: Pretendía ir más allá, convirtiendo la poesía en un instrumento de conocimiento que, a través de símbolos, captaba la realidad suprarracional. Los símbolos son imágenes físicas que sugieren o evocan lo que no es físicamente perceptible. De ahí la importancia de la imaginación, la intuición, los sueños y lo misterioso. Las características del simbolismo son el gusto por apuntar sensaciones de color, el empleo abundante de sinestesias y la musicalidad del verso, que influyó decisivamente en la poesía modernista. Poetas simbolistas destacados son Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine.
- El Decadentismo: Un movimiento refinado y exquisito que gustaba de lo artificial y lo complicado. Sus características son la reivindicación de paraísos artificiales y la sobreabundancia de referencias culturales. Oscar Wilde, procesado por corrupción moral y homosexualidad, fue el modelo de los decadentes en la Europa de fin de siglo. Este movimiento es muy semejante al modernismo en las letras hispánicas.
Influencias de la Literatura Española
Bécquer y Rosalía de Castro influyeron tanto en Juan Ramón Jiménez como en Rubén Darío. Admiraban de ellos tanto el intimismo como el subjetivismo, las formas populares como la copla y el cantar, e innovaciones métricas que luego serían utilizadas por los modernistas. Rasgos modernistas también se pueden encontrar en poetas españoles del siglo XIX, como Espronceda o Zorrilla, en su gusto por el color, la luz, la música e incluso elementos simbólicos.
Para situar con propiedad la literatura de principios de siglo, hay que tener en cuenta la relación de los escritores con ámbitos culturales no estrictamente literarios, como la filosofía, o con ideas socialistas o anarquistas. La lectura de Kierkegaard, Nietzsche, Bergson, etc., tuvo una importancia decisiva en los jóvenes escritores de principios de siglo. Otras artes también influyeron en la nueva literatura: la música y el pensamiento de Wagner, movimientos pictóricos como el impresionismo francés, etc.
El Modernismo
El modernismo es un movimiento literario surgido en Hispanoamérica en el último cuarto del siglo XIX. Supone la superación del romanticismo y la conexión con la literatura europea, fundamentalmente la francesa. La conexión se realiza a través del parnasianismo y el simbolismo. Algunas características del movimiento son: el malestar del poeta en la sociedad, su melancolía y su soledad, que provocan una huida hacia paraísos de refinamiento. París se convierte en la capital espiritual de los modernistas, y se activa una actitud cosmopolita frente a la literatura nacional. Las circunstancias políticas y sociales de España, agravadas por el suceso del 98, provocan un estado general de pesimismo. El representante más importante del modernismo es Rubén Darío. A España llegó tarde y no duró mucho. Autores modernistas destacados son Salvador Rueda y Francisco Villaespesa en poesía. En la prosa, el mejor representante fue Valle-Inclán.
Límites entre el Modernismo y la Generación del 98
La Generación del 98 es posterior al modernismo y surge a consecuencia de un acontecimiento nacional. Sin embargo, el modernismo nace por intereses artístico-ideológicos. La Generación del 98 se preocupa por los problemas nacionales, aunque el tema de España también es tratado por los modernistas. Hay otros temas comunes:
- El tiempo: Adquieren una sensación de angustia ante lo fugaz y perecedero de la realidad. Se manifiesta de forma abstracta o en elementos concretos (relojes, ruinas). Es un tema común entre los autores y a partir de él se explica la preocupación por la vida y la muerte.
- La soledad: Son planteamientos filosóficos que insisten en la necesidad del encuentro del hombre consigo mismo, para lo cual es imprescindible estar en soledad.
- El sueño: La única forma de superar la angustia existencial es la creación de una nueva realidad mediante el sueño como medio de evasión.
- El desengaño: Por la brevedad de la vida y la obsesión por la muerte, procede el sentimiento de desencanto. El tono pesimista, la desesperación y la angustia se acentúan en estos escritores. La actitud desengañada también aparece en temas como la preocupación por España.
- El sensualismo: En los últimos años del siglo XIX, surge una actitud vitalista que pretende gozar del mayor número de sensaciones. Se da el artista bohemio, excéntrico, rebelde, de vida irregular y amante de los placeres, por influencia francesa.