Comunicación

Las personas que sufren una pérdida auditiva a menudo experimentan una secuencia de emociones que pueden incluir: shock, negación, proyección, miedo, depresión, aceptación. Según esto, la primera visita al gabinete está revestida de cierta carga emotiva que el técnico no debe ignorar. Se debe procurar ser receptivo a las necesidades del paciente y proporcionarle la información que necesita. Es importante que el usuario pueda sentirse seguro frente al técnico (decidir con seguridad, responder a sus inquietudes, demostrar que somos capaces de solucionar su problema -una razón más para no prometer cosas que no se pueden cumplir-).

La actitud del técnico puede orientarse de dos maneras:

  1. A corto plazo: vender, cobrar, buscar nuevos clientes o marcharse a otra parte.
  2. A largo plazo: adaptando y solucionando problemas manteniendo una actividad profesional duradera con estabilidad profesional y comercial.

Para conocer las necesidades del paciente una herramienta básica es la anamnesis que además de darnos información sobre los aspectos clínicos de su pérdida auditiva (antecedentes, historial médico…) abre un espacio entre el técnico y el paciente para que este último pueda hablar de lo que espera de la prótesis y de sus inquietudes con respecto a la adaptación protésica. En la primera visita realizaremos la anamnesis en forma de entrevista. Lo ideal es que establezcamos una conversación con el paciente y no que lo sometamos a un interrogatorio.

Una vez realizada la adaptación protésica, se intensifica nuestra tarea de asesoramiento. El día de la entrega de la prótesis se debe explicar clara y al usuario su uso y manejo. El asesoramiento consiste en dar información, consejo y apoyo para encaminar las opiniones, actitudes o comportamientos de los hipoacúsicos. No es una actividad aislada sino un proceso continuo con técnicas que deben usarse durante la evaluación y el seguimiento. En este proceso serán relevantes, nuevamente, las características personales del paciente.

Tate reconoce 4 tipos de pacientes:

  1. Tipo 1: tiene una actitud muy positiva hacia el audífono y la rehabilitación auditiva. Necesitan de la selección de la prótesis y de la elaboración de un plan personalizado de seguimiento y mantenimiento.
  2. Tipo 2: la actitud es esencialmente positiva, pero existen factores que la complican como una experiencia mala.
  3. Tipo 3: actitud negativa pero con elementos de cooperación.
  4. Tipo 4: rechazo absoluto del audífono. Es casi imposible realizar la adaptación a menos que se logre modificar el punto de vista del paciente.

Características

  • Simplicidad (dar las explicaciones en un lenguaje directo y de todos los días, a un nivel apropiado para el entendimiento del paciente evitando palabras técnicas y abreviaturas).
  • Reiteración (importante en la enseñanza: A) se debe repetir la información o rehacer la frase utilizando palabras diferentes, especialmente cuando se trata de un tema nuevo o complejo. B) los términos y conceptos audiológicos pueden ser familiares para el profesional pero extraños y confusos para muchas personas).
  • Diversidad (al repetir explicaciones o brindar información adicional es conveniente usar analogías e ilustraciones simples, esperando alguna respuesta del paciente para verificar si está entendiendo lo que se le explica. También hay que indagar sobre cualquier posible malentendido y confirmar que entienda las explicaciones).
  • Considerar (el ambiente que debe ser tranquilo, sin interferencias. Es conveniente que el paciente se encuentre acompañado. Se debe entregar información escrita para reforzar lo explicado verbalmente. Los usuarios nuevos necesitan información distinta con respecto a los usuarios antiguos.

Aspectos que Abarca

  1. Información sobre la pérdida auditiva que padece el paciente (explicar al paciente las características de la hipoacusia que padece, así podrá comprender los problemas que pueden presentarse. Evitar el uso de terminología específica fuera del alcance del paciente. Recurrir a gráficas y ejemplos. Informar que el uso de amplificación no modifica el grado de déficit auditivo -hay pacientes que creen que si utilizan mucho tiempo el audífono al quitárselo oirán peor que antes-. Es necesario explicar el efecto de deprivación auditiva sobre la vía auditiva con una terminología adecuada. Hacer saber además los efectos del ruido, la reverberación y la distancia a la fuente sonora en su relación con la comprensión de la palabra.
  2. Expectativas realistas del rendimiento del audífono: aclarar que los audífonos no restablecen la audición normal en todas las situaciones. El audífono es una ayuda para el manejo cotidiano pero no devuelve la normalidad de la audición. Si el paciente tiene expectativas no realistas el pronóstico no será bueno ya que se sentirá defraudado. Algunas de las expectativas de los audífonos serán: la propia voz debe ser “aceptable”, el molde debe ser cómodo y no producir feedback acústico, el rendimiento con audífono en ambientes silenciosos debe ser mejor que en ambientes ruidosos al mismo tiempo que estos deben ser mejores con audífono que sin audífono.
  3. Enseñanza y manejo del audífono.
  4. Explicaciones sobre el cuidado y mantenimiento del audífono.
  5. Recomendaciones sobre la fuente de energía.
  6. Estrategia de adaptación: se utilizan diferentes estrategias de adaptación según el criterio del profesional (necesidades y deseos del paciente) durante las primeras semanas de la adaptación:
    A) Uso permanente: uso del audífono durante todo el día, quitándoselos solo en caso de necesidad. Se utiliza menor ganancia con respecto a la que señalan los objetivos de la adaptación.
    B) Programa progresivo o comienzo gradual: uso de los audífonos en periodos sucesivamente más largos hasta llegar a utilizarlos todo el día. Al principio los audífonos son utilizados durante periodos cortos eligiendo para ello ambientes tranquilos. Poco a poco incorporarlos a situaciones más difíciles (desde reconocimiento de los ruidos simples del hogar pasando por conversaciones con una persona hasta llegar al reconocimiento de los ruidos del aire libre).
    C) Aproximación intermedia: probablemente el enfoque ideal.
  7. Información sobre las medidas complementarias del equipamiento audioprotésico: en ciertos casos se necesitan medidas de rehabilitación complementarias como el adiestramiento auditivo, labiolectura, uso de dispositivos de ayuda para escuchar, uso de dispositivos de alerta/alarma y apoyo psicológico. Estas medidas van acompañadas de estrategias que el usuario puede adoptar para mejorar su calidad de vida, que Boffi y Abal clasifican en dos categorías:
    Estrategia para la comunicación (mirar al frente al que habla y de ser posible ubicarse al mismo nivel, en caso de uso de un audífono sentarse con el oído adaptado más cerca del interlocutor, familiarizarse con la forma de expresarse de las diferentes personas, observar la expresión facial y el lenguaje corporal, utilizar al máximo la lectura labial, utilizar al mismo tiempo los audífonos y las gafas para beneficiarse de los canales auditivo y visual, escuchar hasta que el que habla haya terminado, concentrarse en las ideas más que en las palabras sueltas…).
    Modificación del entorno (reducir en la medida de lo posible el nivel de ruido del ambiente, mejorar la iluminación para favorecer el uso de claves no verbales, disminuir la distancia al interlocutor acercándose a él, limitar en número de interlocutores en las reuniones informales pues es más fácil la conversación de persona a persona…).
  8. Problemas del audífono y su colocación.