Intervención Mediadora: Características, Tipos y Fases del Proceso
Tema 10: Intervención Mediadora
2. Principios y características de la Mediación: el mediador profesional debe:
- Tener una concepción positiva del conflicto: que según se afronte puede resultar constructivo y beneficioso para las partes.
- Usar el diálogo: como alternativa a las posibles respuestas menos constructivas, como por ejemplo la agresión, violencia, etc.
- Apostar por la potenciación de contextos cooperativos en las relaciones interpersonales: “yo gano/tú ganas” frente a posiciones de “yo gano/tú pierdes”.
- Desarrollar habilidades de autorregulación y autocontrol, elementos clave para favorecer la toma de decisiones de forma autónoma.
- Practicar la participación democrática, a través de la cual se experimenta la importancia de las opiniones, deseos y necesidades de cada individuo.
- Desarrollar actitudes de apertura, comprensión y empatía, que implica compromiso de atención al otro, hacia lo que cuenta, lo que necesita, lo que desea, etc.
- Reconocer el protagonismo de las partes en la resolución de sus conflictos, ya que cuando las partes involucradas en un conflicto identifican sus necesidades e intereses, las soluciones al conflicto son más asumidas por esas partes.
La Mediación es una intervención no forzada en un conflicto de una tercera persona neutral para ayudar a las partes implicadas a que los transformen por sí mismas. Las características de la Mediación son: voluntariedad de las partes, el esfuerzo de las partes por comunicarse, comprenderse y llegar a acuerdos justos, y la intervención de los mediadores. Éstos no asumen la responsabilidad de transformar el conflicto, sino que ayudan a las partes a identificar el problema.
Condiciones o fases de la Mediación Formal:
- Las técnicas son más fluidas y propias de la comunicación diaria entre las personas, como empatizar, escuchar, parafrasear, ayudar a reformular, etc.
- Las normas son más flexibles, el mediador puede ser cualquier persona que actúa de manera intuitiva y espontánea.
- No es necesario orientarlo hacia el acuerdo, sino hacia la mejora de las relaciones.
Tipos de mediación:
- Mediación facilitadora: es la tradicional. Se identifica porque el mediador asume el control del proceso, con el objetivo de que mediante su asistencia las partes desplieguen su poder y realicen una búsqueda y análisis de posibles alternativas para resolver el conflicto. El mediador no emite opiniones personales ni recomendaciones, ni intenta influir en las decisiones. Una vez que las partes han tomado las decisiones, el mediador debe cerciorarse de que ambas son conscientes de las consecuencias de la decisión tanto para ellas como para terceras personas. Los mediadores facilitadores no requieren conocimientos específicos sobre el tema objeto de la disputa.
- Mediación evaluadora: las partes buscan un mediador que conozca la materia objeto de disputa y esperan de él que opine y evalúe la conveniencia de las distintas opciones para resolver el conflicto. Este tipo es muy criticado porque el mediador no debe saber la materia objeto de disputa, ya que la neutralidad y la imparcialidad se pueden ver afectadas.
- Mediación transformadora: el mediador no solo reconoce a las partes su capacidad para resolver el problema, sino que insta a reconocer y aceptar las necesidades, solicitudes y perspectivas de la otra parte como válidas y como un producto de la propia naturaleza del conflicto. Se intenta modificar la actitud para que sea el mediador quien controle el proceso. Además, se pretende obtener un doble beneficio: la resolución de la disputa en concreto y adquirir conocimientos útiles para futuras discrepancias.
Según Susskind y Madigan, distinguen entre:
- Mediación activa: la tercera parte interviene activamente, haciendo sugerencias y desarrollando un plan específico de manera ordenada, con un plan de actuación delimitado en cuanto a estrategias y tácticas.
- Mediación pasiva: el mediador restringe sus esfuerzos para conseguir que las partes sigan negociando más que intervenir en su actuación. La importancia radica en su presencia y todo lo que ella significa.
Según Pruitt, distingue en la Mediación activa:
- Mediación de proceso: en la que el mediador pretende desarrollar las condiciones de negociación y habilidades en las partes que faciliten el progreso.
- Mediación de contenido: en la que el interés básico se centra en los temas o problemas concretos que deben tratarse.
Según Touzard, distingue entre Mediación centrada en las tareas y Mediación centrada en las relaciones personales. Según Bercovitch:
- Mediación formal: proceso muy estructurado, con reglas definidas en las que el mediador actúa como representante oficial de un organismo o institución.
- Mediación informal: el mediador no representa a ningún organismo, sino que es solicitado para intervenir en el proceso, aprovechando su experiencia, credibilidad y habilidades.
Principios que influyen decisivamente en el desarrollo de la Mediación:
- Nivel y momento en que entra en juego el mediador.
- Capacidad: las capacidades y habilidades de los interlocutores para llegar a acuerdos.
- Poder: forma en la que está distribuido el poder entre las partes en litigio y papel del mediador como factor de reequilibrio e incluso como posible agente que desestabiliza una previa situación de poder entre las partes.
- Procedimientos: prácticas o procedimientos anteriores de resolución de desacuerdos en los que las partes desarrollan pautas de comportamiento establecidas y no siempre fáciles de cambiar.
- Complejidad: los temas son complejos por su envergadura, amplitud, profundidad, etc.
- Tareas del mediador: el rol y las tareas del mediador según la definición y expectativas que cada una de las partes tiene de él.
3. El plan de Mediación. La planificación de una mediación debe contestar a estas preguntas: ¿quién debe o no participar en el esfuerzo mediador?, ¿cuál es el mejor ámbito de mediación?, ¿qué procedimiento o papel se utilizará?, ¿qué cuestiones, intereses y alternativas de acuerdo son importantes para las partes?, ¿cómo serán identificados y ordenados los puntos a tratar en la agenda de trabajo?, ¿cómo se va a educar a las partes acerca del procedimiento? Hay que iniciar el trabajo con un análisis descriptivo previo del conflicto.
4. Fases del proceso de Mediación. Según Sheppard, la mediación atraviesa las siguientes fases:
- Fase de definición: definir el conflicto que ha llevado a las partes a solicitar la intervención mediadora, analizar el origen de esa situación conflictiva y conseguir un mayor conocimiento de cada una de las partes sobre la otra. De esta manera se establece un punto de partida.
- Fase de discusión: clarificar la información y presentar nuestros argumentos a la parte contraria. En esta fase, cada una de las partes expone su punto de vista del conflicto y la manera para resolverlo.
- Fase de selección de alternativas: se filtra la información para decidir su importancia y se busca una alternativa que resuelva el conflicto. Después, deben elegir (las partes) una alternativa que sea más satisfactoria para las partes.
- Fase de reconciliación: reconciliación de las partes tras la decisión adoptada. Esta fase pretende cerrar el proceso.
Puntos clave a tener en cuenta en el desarrollo de las fases:
- Control sobre el proceso: el mediador dirige la interacción entre las partes pero no debe influir.
- Control sobre el contenido: el mediador define los aspectos que deben tener consideración o cuáles son los temas concretos que se deben discutir.
- Control motivacional: el mediador debe intentar estimular a las partes y encaminarlas hacia acciones específicas que allanen el camino hacia el acuerdo.
- Control por requerimiento: el mediador deja trabajar a las partes para que logren la solución del conflicto y solo interviene si alguna de las partes lo solicita.
Legitimidad: aceptación y reconocimiento por parte de un oponente, de que sus intereses y emociones son auténticos y razonables. Sin legitimidad, las negociaciones no pueden iniciarse. El mediador debe buscar la legitimidad en el reconocimiento de las partes, en aceptar que estos sentimientos existen y en reconocer que, cualquiera que sea la razón, un oponente tiene sus motivos subjetivos y personales para sentirse de determinada forma.
Confianza: capacidad de una persona para depender o asignar confiabilidad a la veracidad o la exactitud de las declaraciones o el comportamiento de otra. Las bases de la percepción de la confianza se basan en las vivencias anteriores de los negociadores y en las imágenes, estereotipos y grupos de referencia. Se debe crear confianza y esto está ligado a la formulación de posturas congruentes, claras y que no contradigan manifestaciones anteriores.