Signos y Síntomas

La enfermedad tiene un inicio súbito, con fiebre mayor de 38 °C, postración, cefalea, mialgias, tos seca y manifestaciones nasales como estornudos, rinorrea y obstrucción aérea, con inflamación faríngea. La fiebre declina al segundo o tercer día de la enfermedad; al ceder la fiebre, los síntomas respiratorios pueden exacerbarse, la tos y la rinorrea pueden ser más intensos. Cuando se resuelven la mayoría de los síntomas, la tos y la debilidad pueden persistir hasta una semana más.

Las complicaciones que se pueden observar son neumonía bacteriana secundaria, neumonía viral primaria y neumonía mixta (viral y bacteriana). Las complicaciones extrapulmonares incluyen el síndrome de Reye, miositis, encefalitis y manifestaciones neurológicas inespecíficas. Las formas severas de la enfermedad son causadas por los tipos A y B, mientras que el tipo C causa infecciones subclínicas durante la infancia.

Síntomas comunes de la influenza:

  • Fiebre superior a 38 °C o sentirse afiebrado (no todas las personas con influenza tendrán fiebre)
  • Tos y/o dolor de garganta
  • Secreción o congestión nasal
  • Dolores de cabeza y/o de cuerpo
  • Escalofríos
  • Fatiga
  • Náuseas, vómitos y/o diarrea (más común en los niños)

Patogenia

Una vez que los virus se han implantado en el epitelio de las vías respiratorias, comienzan a replicarse y diseminarse en el tracto respiratorio, causando la descamación de las células ciliadas y de las células secretoras de moco. La multiplicación viral lleva a la lisis de estas células con la liberación de antígenos virales que atraen a macrófagos y a linfocitos. La liberación de mediadores humorales de inflamación como la interleucina-1 por los macrófagos da como resultado fiebre. Es probable que el interferón cause dolores musculares difusos y fatiga. Los mediadores de la inflamación producen vasodilatación y edema en la nariz, lo que provoca obstrucción y rinorrea; la irritación provocada por los restos virales y celulares estimula la producción de moco. El daño ocasionado por la lisis de células del epitelio respiratorio favorece la colonización de bacterias tales como Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae que pueden producir neumonía.

Diagnóstico de Laboratorio

El diagnóstico presuntivo de influenza se establece con base en signos y síntomas. El diagnóstico definitivo requiere de la demostración de antígenos virales por métodos inmunológicos. La presencia de anticuerpos específicos solo tiene valor diagnóstico si el título de anticuerpos es 4 veces mayor al título basal obtenido en muestras de individuos sanos con la misma técnica y en el mismo laboratorio.

Las muestras biológicas requeridas para el diagnóstico pueden ser: exudado faríngeo, nasofaríngeo, gargarismo, lavado broncoalveolar o suero. La muestra debe tomarse en las primeras 72 horas de iniciado el padecimiento y mantenerse a 4 °C. El diagnóstico puede requerir también el aislamiento del virus por cultivo en líneas celulares o en embrión de pollo. Las técnicas utilizadas para la identificación son la inmunofluorescencia indirecta o directa y la inhibición de la hemaglutinación. La demostración de la presencia de ácidos nucleicos virales por la técnica de RT-PCR es un método muy rápido y sensible para el diagnóstico.

Tratamiento

Actualmente el tratamiento incluye drogas antivirales, ya que reducen la intensidad de los síntomas, si son administradas dentro de las primeras 48 horas de iniciada la infección. Se considera el empleo de fármacos en casos de influenza severa ya que presentan algunos efectos secundarios indeseados. Para contrarrestar las molestias de la influenza existen diversos medicamentos paliativos como el ibuprofeno para el dolor muscular, el acetaminofén para la fiebre y la aspirina que mejora el estado general de los pacientes.

Prevención y Control

Existen dos medidas disponibles que pueden reducir el impacto de la influenza: la quimioprofilaxis que depende de fármacos y la inmunoprofilaxis que emplea vacunas. Para la quimioprofilaxis de la influenza estacional se utilizan dos medicamentos, la amantadina y la rimantadina; ambos interfieren con la replicación del virus de influenza tipo A con una eficacia de 70 a 90% y reducen la severidad y duración de los signos y los síntomas de la influenza cuando se administran durante las primeras 48 horas de su inicio.

Quimioprofilaxis

  • La vacunación anual contra la influenza es la mejor manera de prevenir la influenza porque la vacunación puede ser administrada antes de la exposición al virus y puede proporcionar inmunidad segura y efectiva durante toda la temporada de la influenza.
  • Los medicamentos antivirales tienen una efectividad del 70% al 90% para prevenir la influenza y son complementos útiles de la vacuna contra la influenza.
  • El uso indiscriminado de la quimioprofilaxis podría promover la resistencia a los medicamentos antivirales o reducir las disponibilidades de estos medicamentos para el tratamiento de personas con mayor riesgo de complicaciones por la influenza o quienes están gravemente enfermos.

Ejemplos de uso de medicamentos antivirales para quimioprofilaxis:

  • Prevención de la influenza en personas con alto riesgo de desarrollar complicaciones a causa de esta infección durante las primeras dos semanas luego de la vacunación, luego de estar expuesto a una persona infectada.
  • Prevención para las personas que sufren de deficiencias en el sistema inmunitario u otras que podrían no responder a la vacuna contra la influenza, por ejemplo, personas que toman medicamentos inmunosupresores, luego de haber estado expuestas a una persona infectada.
  • Prevención para las personas con alto riesgo de complicaciones por la influenza que no pueden recibir la vacuna debido a una contraindicación, luego de estar expuestas a una persona infectada.