Evolución del Dibujo Infantil: El Realismo en Niños y Preadolescentes (9-14 años)
Etapa del Realismo Analítico (9-14 años)
1ª Etapa: Realismo Perceptual o Descriptivo (9-12 años)
El comienzo coincide con la crisis de la formulación simbólica propia de los períodos precedentes, y el paso de lo que se ha llamado realismo conceptual a un realismo analítico. Este cambio supone la salida gradual del egocentrismo, caracterizándose por una curiosidad hacia el medio externo, que se traduce en el análisis de todo aquello que motiva su interés. Los aspectos perceptivos ópticos toman mayor iniciativa, las estructuras van perdiendo su significación simbólica, para pasar a ser descriptivas. Las características que resumen los cambios más significativos son:
- El abandono del código establecido en los períodos precedentes y sus reglas.
- La disolución del proceso de semiosis del estadio anterior.
- El cambio de un concepto simbólico de la realidad a un realismo descriptivo más cercano.
- La creación de presentaciones con tendencia a la objetivación en detrimento del enfoque subjetivo.
Cambio de las estructuras formales en este período: el concepto de figura humana
Los niños suelen adquirir el sentido de apreciación de los detalles al mismo tiempo que pierden el de la acción. Se puede observar una mayor dureza en las representaciones. Este cambio no implica conceptos gráficos más rígidos, sino un modo distinto de enfocar la forma que supone definiciones formales más específicas. Un símbolo puede ser determinado si las unidades que lo constituyen carecen de significado aisladas del conjunto que constituye el iconograma. Existe un trazo irregular que recorre la forma de manera continua, tratando de describir todos sus detalles desde una perspectiva de tendencia visual. El niño usará menos como medio de expresión los mecanismos del lenguaje típicos de las fases simbólicas. En los 9 años los niños siguen usando estos recursos para expresar valoraciones o emociones, esto no ocurre en general después de los 10. El niño comienza a sustituir las desviaciones o medios de expresión anteriores por una concentración de detalles en aquellas partes de sus dibujos que tienen significación para él.
La representación del espacio
Se origina un cambio en la expresión simbólica, señalada por el concepto de la línea base, para llegar a una referencia más objetiva. El niño descubre que el espacio existente entre dos líneas de base tiene significado, con lo que llega al concepto de plano. La línea base va perdiendo su significación como medio para las representaciones espaciales exteroceptivas. Ahora el abatimiento, las transparencias y otros recursos simbólicos aparecen como insuficientes. El cielo ya no está simplemente encima sino que llega hasta el suelo. A esta edad aún no se ha desarrollado una percepción visual consciente de la profundidad. Otra adquisición son las relaciones de oblicuidad. Los objetos pueden estar sujetos al soporte del plano, o de la línea de base que lo define, mediante relaciones oblicuas.
Características más significativas:
- Representación más orgánica y analítica de la forma.
- Utilización del plano como espacio significativo entre dos líneas bases.
- La persistencia del concepto de línea-base en coexistencia con el plano en la primera fase de esta etapa.
- La superposición o solapamiento de los elementos con respecto al fondo.
- Las relaciones de oblicuidad entre los elementos del dibujos y las líneas definitorias del plano.
2ª Etapa: Autonomía Consciente (12-14 años)
Según Lowenfeld, el niño no ha llegado a controlar los efectos de la actividad imaginativa, como lo hace el adolescente. En dichas actividades es aún inconsciente y se manifiesta por lo general sin inhibiciones. Es un periodo de transición, donde se da una situación complicada, y el niño necesita ayuda para comprender ese paso. A lo largo de la preadolescencia comienza a producirse un cambio de dirección en los recursos representativos que tenderán hacia el realismo visual y a la desaparición absoluta de las manifestaciones artísticas.
Dos formas de afrontar la creación artística: tendencia objetiva y subjetiva
Representaciones objetivas: aquellas que refieren la expresión de nuestras sensaciones ópticas, interesándose por las diferencias de color, luz y de sombras, producidas por las condiciones atmosféricas y ambientales, por la luz y por la perspectiva en la comprensión del espacio.
Representaciones subjetivas: aquellas en las que se destacan las relaciones emocionales con el mundo exterior.
Individuos de tendencia objetiva: aluden en sus representaciones al medio evaluando su apariencia y utilizando para ello las características visuales que lo definen.
Individuos de tendencia subjetiva: representan el medio a partir de los vínculos afectivos y de la relación personal que establecen con su entorno.
Los niños que tienen preferencias por las experiencias visuales objetivas se comportan como espectadores contemplando sus representaciones desde fuera. Los de tendencia subjetiva se sienten incluidos ellos mismos en las experiencias que representan.
La figura humana en ambas tendencias
Los niños que son objetivos tenderán hacia una concepción realista a través de la observación. Pero los de tendencia subjetiva desarrollan esquemas de forma más complejos, predominando los factores subjetivos-simbólicos. En ambos casos se tiende a diseños más elaborados. Los niños que observan objetivamente lo demuestran en sus dibujos, dejando de expresar simples enunciados visuales. Es común en ambas tendencias el creciente deseo de dibujar las articulaciones en los dibujos de la figura humana, y hacia el final del mismo tiende a incluir en las representaciones observaciones más detalladas. El niño con tendencia objetiva, se concentra más en la apariencia de las figuras que dibuja, se mostrará interesado por la corrección y las proporciones, y utilizará cada vez menos la exageración como medio de expresión. Los niños con tendencia subjetiva seguirán utilizando en sus dibujos la lógica emocional de exagerar las partes significativas y se concentrarán más en los detalles de los dibujos, en los que están emocionalmente interesados. En ambas tendencias las representaciones son más complejas que en la etapa anterior, y debe quedar en claro que el tipo subjetivo no es un tipo regresivo; simplemente aplica a la representación reglas no sujetas a la aparición óptica.
La representación objetiva y subjetiva del espacio
Objetiva: Al descubrir la distancia, el espacio, en sus cualidades tridimensionales, el niño siente la necesidad de dar a sus dibujos apariencia de profundidad durante este periodo. El significado de la profundidad debe ser descubierto por el niño, pero el educador estimulará adecuadamente los descubrimientos personales de este y partirá del nivel en que se encuentre.
Subjetiva: No se rige por reglas ópticas. En algunos casos se ha observado que niños que han sobrepasado el esquema de línea-base vuelven a expresarse utilizando el mismo concepto espacial. Este aparente retroceso, solo puede ser comprendido si pensamos que este mismo concepto del espacio se encuentra en formas y estilos de arte adulto de tendencia subjetiva de distintas épocas.