Visionarios Británicos: Füssli, Blake y la Fusión de Literatura y Arte en el Siglo XIX
Los Visionarios Británicos
La visión tiene que ver con el mundo **mágico-fantástico**. Estos artistas no tienen relaciones entre sí.
Henry Fuseli (1741-1825)
Conocido por obras como **“La pesadilla”**, 1781, versión 1ª (Detroit) y **“La pesadilla”**, 1790, versión 2ª (Frankfurt). Artista de origen suizo y de habla alemana, suele escribirse **Füssli**. Vivió 45 años en Inglaterra, por lo tanto, su producción es británica. Su estilo es **dibujístico** en su forma de pintar.
Es, como otros visionarios, una personalidad compleja en tanto que converge lo **literario** y lo **plástico**. Esa fusión de lo literario y lo plástico, realmente hasta el siglo XIX no es posible. La pintura empezó a aproximarse a esa idea de sensibilidad y gusto por los personajes. Su personalidad entiende la pintura como un relato literario. Al mismo tiempo, era escritor de pensamientos.
La obra más famosa de Fuseli es **“La pesadilla”**, con dos versiones muy similares. Es un cuadro capital en la historia del arte, personifica el sueño desagradable que tiene una figura femenina. Por lo tanto, hay una doble representación: la que duerme y lo que sueña. Aquello que soñamos atenaza nuestro espíritu y modifica nuestro cuerpo. El desnudo de la mujer conforma unas líneas conflictivas, es una tortura física expresada a través de esa colisión de líneas. Utiliza unos monstruos que evocan lo desconocido y lo tenebroso. El mono se asocia a la lujuria tradicionalmente y la cabeza del caballo hace referencia fálica por su cara alargada.
Además de estas obras, Fuseli realizó numerosos dibujos y pinturas de tema literario.
- **“El despertar de Titania”** (1790)
- **“Titania y Bottom”** (1790)
Estos últimos son proyectos encargados por **Boydell** sobre las obras de **Shakespeare**, figura central del imaginario británico. Propone temas típicos de la tradición británica. La intención de Boydell es representar pictóricamente los personajes de Shakespeare. Las figuras de estos cuadros recuerdan a las figuras clásicas, recurriendo a su propio imaginario y dando vida a las figuras de Shakespeare. Son pinturas muy acumulativas para incidir en esa idea de imaginación respondiendo a figuras italizantes.
William Blake (1757-1827)
Conocido por **“Los libros ilustrados”** (1789). Para los ingleses es una figura casi tan importante como Goya para los españoles. Siempre ha tenido un lugar importante en los museos y libros de arte inglés. No fue conocido su trabajo fuera de Inglaterra hasta el siglo XX de la mano del psicoanálisis. Blake leía todo tipo de clásicos de la literatura como **“La Divina Comedia”** de Dante. La literatura fantástica mezcla personajes con poderes sobrenaturales con los grandes mitos: la sabiduría suprema, la doncella salvada por el príncipe… tiene conexión con los grandes personajes bíblicos. Estos personajes parecen reales, se cree que son verdaderos.
Blake, más que ver pintura y estudiarla, le interesaban los grabados. Se recrea en los libros ilustrados. El objeto desprende un aura mágica, por lo que Blake quiere devolver esa magia anterior de los libros ilustrados de la Edad Media. Hay una especie de interferencia sensorial en la forma de pintar a los personajes y los árboles, desprenden inocencia. Lo que vemos y lo que leemos se integra. El trabajo final de cada libro que ilustra es diferente porque colorea individualmente cada uno utilizando planchas y ácidos, por lo que no es la técnica grabadista tradicional.
Obras de Blake
- **“Canciones de Inocencia”**: 27 páginas iluminadas con poemas de carácter pastoral escritos por él. En esos poemas habla de la infancia como un estado de felicidad apareciendo mitos de carácter religioso asociados a la pureza.
- **“Canciones de Experiencia”** (1794): formato similar al anterior, pero con talante distinto, de carácter más oscuro y pesimista que nos habla de la muerte y de la vejez, es decir, del paso del tiempo y la pérdida de la juventud. Añade unos prototipos como la mujer joven muerta como perdida de la juventud y la felicidad, el anciano con el lazarillo… buscando siempre conexiones intuitivas innatas.
- **“Canciones de Inocencia y Experiencia”**: fusión de los dos anteriores, el sentido del color como expresión intensa. El frontispicio del libro traduce esa conexión de fuerzas que es un elemento entre lo inocente y la experiencia.
Edipo y la Esfinge
Uno de los envíos que realiza en 1808 es **“Edipo y la esfinge”**. La esfinge es un monstruo que asolaba Tebas y que acababa con todos los hombres jóvenes que acudían a ella con la intención de descubrirla, por ello le hace un acertijo a Edipo. Desde el punto de vista formal es un tema clásico que era lo que esta academia obligaba a hacer a partir de un modelo anatómico estatuario, un arte que se basa en lo mental, que se basa en el concepto y no en la emoción. Aquí se contraponen también los dos mitos de la ilustración, lo monstruoso y la idea de la razón. Lo monstruoso es la esfinge ya que integra una suma de fragmentos heterogéneos. La figura de Edipo aparece firmemente anclada en tierra, casi geométricamente estructurada con la forma de su cuerpo con un triángulo invertido, como si hubiese una estructura geométrica sólida que define la figura.
La Gran Odalisca
La primera obra maestra de los desnudos femeninos es **“La gran odalisca”** (1814), hay que ponerla en comparación con los grandes desnudos tumbados anteriores. Es una pintura que fue realizada en Nápoles y que se expuso en París años más tarde y que es el referente de esa política orientalista que inunda la pintura del siglo XIX. En la pintura anterior no hay ninguna referencia a un mundo concreto, es una imagen ideal, sin embargo, **“La gran Odalisca”** remite por su nombre a un imaginario occidental sobre Oriente. Lo oriental fue construido por Occidente como un paraíso de sensaciones. Desde Occidente se contempla la idea de lo exótico y lo atractivo está en otro tiempo. Esta idea enlaza con la posibilidad masculina de mirar el cuerpo femenino como forma de placer y de recreo. Nuevamente, Ingres nos presenta una figura de espaldas para subrayar esa idea de posesión absoluta, la idea de la piel como elemento de atracción, pero también **“La gran Odalisca”** es una idea mental por el imaginario masculino, esa disociación entre lo ideal y lo real está muy presente en el imaginario del siglo XIX. Tiene mucha importancia los elementos que aluden al tacto, la disposición de las telas sugiere una acumulación de sensaciones.