Las Ciencias

Buena parte de la metodología que acompañó la introducción de la investigación científica al área del comportamiento se copió o adaptó de otras ciencias. La física, la química, la biología y la fisiología fueron importantes en su contribución al inicio de la psicología. En el capítulo 2 se discuten las metodologías desarrolladas, pero vale la pena mencionar, brevemente, algunas de las contribuciones procedentes de estas ciencias.

Tanto la física como la química suministraron no solamente metodología, sino también inquietudes respecto a sensaciones y percepciones, lo cual rápidamente llegó a ser parte de la fisiología de la época.
La teoría biológica de la evolución proporcionó sólidas bases al desarrollo de la psicología comparada, en la que el comportamiento de una especie es comparado con el de otra. La biología también suministró buena parte de la información relacionada con genética y herencia, que fue utilizada por los psicólogos para considerar los efectos de esta influencia en el comportamiento. De este modo, la metodología, las áreas de investigación y la justificación de estudio fueron tomadas de disciplinas más antiguas.

Medicina

De una manera un poco indirecta, la medicina dio una gran contribución al inicio de la psicología. Hasta los comienzos de 1800, a la mayor parte de la gente que presentaba patrones anormales de personalidad se le consideraba poseída por el demonio. A principios de 1800, se inició el interés médico por el tratamiento de las enfermedades físicas, que se consideraban la causa de los patrones anormales de comportamiento.

Luego de 1800, las actitudes cambiaron. Estos patrones anormales fueron clasificados como enfermedad mental y, en consecuencia, el tratamiento se modificó. Esto permitió el desarrollo de lo que hoy se llama psiquiatría, la cual tuvo un efecto importante en los comienzos de la psicología clínica. El contenido de la psiquiatría y la psicología clínica provino de la tradición médica.

EJEMPLO 4

Una persona que desee llegar a ser psiquiatra debe primero terminar su trabajo de pregrado, recibir un grado en medicina y posteriormente un entrenamiento especializado. Como resultado de la fuerte orientación hacia la psiquiatría, se le ha llegado a llamar el modelo médico. Esto hace que el psiquiatra pueda tratar a un cliente como una persona “enferma”. Sin embargo, muchos otros psiquiatras y psicólogos no aceptan este concepto de “enfermo”. Ellos prefieren términos como “patrones anormales de comportamiento” para describir las respuestas de las personas que observan o tratan.

Influencias no científicas y pseudocientíficas

Algunas áreas del estudio psicológico surgieron porque los investigadores quisieron demostrar que los enunciados comúnmente aceptados sobre el comportamiento eran erróneos. A menudo, estas formulaciones incorrectas parecían tener algo de “sabor científico” y fueron clasificadas con sonoros y sofisticados nombres como: fisiognomía, frenología o tipología. Los fisiognomistas creían que la apariencia de la cara y cabeza revelaba las características de la personalidad. Los frenólogos elaboraron “mapas” de las áreas del cráneo humano, en un esfuerzo por clasificar las funciones cerebrales y sus consecuentes efectos en el comportamiento humano. Los tipólogos trataron de correlacionar el tipo corporal con las características comportamentales. Aunque todas estas especulaciones fueron señaladas como inexactas (es decir, que la gente gorda no siempre es alegre), las preguntas que promovieron dieron origen a investigaciones que ampliaron las explicaciones acerca del comportamiento. Los estudios psicológicos fueron dirigidos a menudo para responder a afirmaciones no científicas.

La Percepción: Primera Actividad Psíquica

  • La primera actividad humana con características propiamente psíquicas es la percepción: percibir es un término genérico que empleamos para aludir a variadas actividades, tales como oír el canto de los pájaros, ver un eclipse, sentir un dolor muscular, etc.
  • Percepción es el acto de darse cuenta de un estímulo físico, interno o externo; es decir, es la conciencia que tenemos de la acción de un conjunto de elementos físico-químicos que están estimulando determinadas zonas de nuestros nervios receptores.
  • Por ejemplo, en el caso de la percepción auditiva, primero hay movimiento de moléculas (sonoras) que estimulan las zonas terminales del oído, lo que genera una corriente nerviosa cuyos impulsos llegan al cerebro, siendo esto advertido e interpretado por nuestra conciencia como “canto de pájaros” u otro fenómeno auditivo.
  • Jamás la percepción es un simple recibir, en forma pasiva, los estímulos externos; el acto perceptivo implica siempre una respuesta activa por parte del sujeto que percibe: hay un proceso subjetivo de atención, de selección de estímulos, de integración e interpretación en todo acto perceptivo.
  • Ya en la conducta sensorioperceptiva empiezan a advertirse las diferencias individuales. Diferencias de agudeza o sensibilidad perceptiva, predisposición a advertir determinado tipo de estímulos, mayor resistencia a la fatiga sensorial, formas diferentes de interpretar las características de ciertos estímulos. Hay individuos, por ejemplo, capaces de discriminar desde pequeños entre diferentes tonos musicales, que otros no captan.
  • Por lo tanto, podemos afirmar que el acto de percibir es el resultado tanto de la naturaleza objetiva del estímulo como de las características del que lo percibe.
  • Dadas las características de nuestro sistema sensorial, el mundo circundante está constituido por el conjunto de elementos de nuestro ambiente físico que somos capaces de percibir, y que interpretamos de acuerdo a nuestro modo de percibir.
  • No todo estímulo externo puede ser percibido por los órganos receptores del sistema nervioso humano: hay alteraciones del ambiente físico -advertidas por otros animales- que no percibimos, o que sólo percibimos dentro de determinada frecuencia de onda.
  • Hay un tipo de percepción que, por estar en el umbral de nuestra capacidad perceptiva -dada su rapidez o la cantidad mínima del estímulo- se denomina “percepción subliminal” y se caracteriza porque el sujeto no advierte conscientemente la acción del estímulo. Este fenómeno ha sido utilizado por algunos publicistas en sus campañas de propaganda comercial para motivar al público, incorporando imágenes subliminales en propagandas de cine o televisión, las que, por la rapidez con que son proyectadas, no alcanzan a ser advertidas por la conciencia de los televidentes, pero pueden ejercer acción motivacional en su conducta posterior.
  • En todo acto perceptivo hay una interpretación e integración de los estímulos: percibimos con características de luz o sonido agentes físicos que, en sí mismos, no son luminosos ni sonoros: la luz o el sonido son sólo el efecto de tales estímulos sobre nuestro organismo.
  • Percibimos como agradables o repulsivos estímulos olfatorios que en sí mismos no lo son: ninguna substancia es objetivamente agradable o desagradable (las larvas engullen con voracidad sustancias putrefactas que a nosotros nos repugnan).
  • Percibimos objetos que, por la distancia en que están ubicados, son diferentes a como los vemos o ya no existen, pero sus ondas luminosas -que emitieron en el pasado- continúan llegando hasta nuestra retina (tal cosa puede ocurrir, por ejemplo, con nuestra visión de las estrellas).