Síndrome General de Adaptación (SGA) y su Relevancia en el Deporte

El Síndrome General de Adaptación (SGA), estudiado por Hans Selye, describe las reacciones generales del organismo ante cualquier estímulo de estrés. Independientemente de su naturaleza (térmicos, infecciosos, traumáticos, ejercicio físico, etc.), estos estímulos, englobados bajo el nombre de “estresores”, provocan una serie de alteraciones funcionales o estructurales en el organismo. Selye definió el SGA como la “respuesta adaptativa y no específica del organismo a toda causa que pone en peligro su equilibrio biológico“.

Fases del Síndrome General de Adaptación

El análisis del conjunto de respuestas adaptativas permitió a Selye establecer tres fases comunes:

  1. Fase de Alarma

    Cuando el estímulo estresante actúa sobre el organismo, altera de forma local y general las funciones cardiovasculares y el equilibrio celular (homeostasis). Se produce un aumento de las reservas energéticas y metabólicas, predominando las reacciones catabólicas y de movilización inmunológica.

  2. Fase de Resistencia

    Si la acción de los estímulos persiste o se repite en el tiempo, el organismo lucha por volver al equilibrio original, adaptándose y adquiriendo un estado de resistencia. Representa la superación y recuperación de la fase de alarma.

  3. Fase de Agotamiento o Readaptación

    Si continúa la acción del estímulo, pueden suceder dos cosas: agotamiento o adaptación. En el primer caso, el agotamiento, se trastornan los ajustes del individuo, disminuyendo su resistencia ante cualquier estímulo. En el segundo caso, la adaptación, el organismo reacciona restituyendo las pérdidas e incluso aumentando sus defensas, haciéndolo más resistente a ese determinado estímulo.

Estas fases son aplicables a la ejecución de una sesión de entrenamiento o al desarrollo de la condición física. Tras el estímulo que estresa al organismo, este se recupera (de ahí la importancia del descanso) y se hace más resistente al mismo. Cuando se vuelve a repetir otro estímulo, aumenta su capacidad.

¿Cómo Repercute la Frecuencia del Estímulo en el Entrenamiento?

  • Repetir el estímulo sin el descanso suficiente: Si repetimos el estímulo sin que el músculo haya descansado lo suficiente, el rendimiento disminuirá.
  • Repetir el estímulo después de un descanso demasiado largo: Si repetimos el estímulo después de un descanso demasiado largo, no aprovecharemos los efectos de mejora.
  • Repetir el estímulo después de un descanso adecuado: Si repetimos el estímulo después de un descanso adecuado y dejamos que el músculo obtenga una sobrecompensación, pero sin volver a la situación de equilibrio inicial, el entrenamiento será efectivo.

Leyes Fundamentales en el Entrenamiento Deportivo

Ley del Umbral (Ley de Schultz-Arnodt)

Existe un umbral de intensidad mínimo por debajo del cual el estímulo no produce respuesta adaptativa. Este umbral depende, básicamente, del nivel de rendimiento del deportista. Los estímulos que superan este umbral producen excitaciones de las funciones orgánicas y, tras el descanso, fenómenos de adaptación. Permiten mantener o provocar cambios en los niveles de las funciones u órganos del sujeto. Cuando se supera la intensidad de máxima tolerancia, no se dan los beneficios de la respuesta adaptativa y, sin el descanso adecuado, se produce el sobreentrenamiento. Esta ley además indica que “la adaptación funcional se logra como consecuencia de la asimilación de estímulos sucesivamente crecientes“.

Ley o Principio de la Supercompensación

La eficacia del entrenamiento deportivo está estrechamente ligada con la reposición o compensación de las energías perdidas durante el esfuerzo. Esta compensación se conoce como el “proceso de recuperación que se lleva a cabo durante el tiempo que transcurre entre dos estímulos“. Una vez finalizado el estímulo y antes de la aplicación del siguiente, es decir, durante el período de recuperación o descanso, se produce la adaptación. En este tiempo se distinguen tres fases:

  1. Desgaste: Los diversos estímulos o esfuerzos a los que ha de responder el organismo producen un desgaste que ha de ser recuperado al terminar el trabajo.
  2. Recuperación: La recuperación se basa en la gran capacidad del organismo para recuperar no solo las energías perdidas, sino también en acumular energías potenciales de trabajo superiores al nivel en que se encontraban antes del mismo. El periodo de tiempo durante el cual se recuperan las energías gastadas y el aumento de las mismas se denomina “asimilación compensatoria”. También es considerado como el primer síntoma de adaptación al esfuerzo.
  3. Supercompensación: Tras la reposición de energías, el organismo acumula una energía potencial superior a la que tenía antes del estímulo inicial.