Teoría del Etiquetamiento y el Avergonzamiento Reintegrador en Criminología
1. Teoría del Etiquetamiento
Esta teoría, también conocida como teoría de la reacción social, se centra en el proceso por el cual ciertos individuos son etiquetados como “desviados” o “criminales” por la sociedad. Sostiene que la propia etiqueta puede influir en el comportamiento futuro de la persona, llevándola a asumir la identidad que se le atribuye.
1.1. Desviación Primaria y Secundaria
La teoría del etiquetamiento distingue entre dos tipos de desviación:
Desviación primaria: Se refiere a la violación inicial de una norma social, que puede ser un acto aislado o poco frecuente. En esta etapa, la persona no se identifica a sí misma como delincuente.
Desviación secundaria: Es más probable que tenga lugar cuando el individuo es etiquetado formalmente como delincuente (cuando es arrestado por la policía, juzgado y/o privado de su libertad). Esta desviación secundaria puede llevar a mecanismos más sutiles, como cuando las consecuencias del etiquetamiento alejan al individuo de sus amigos y familiares y dificultan que encuentre trabajo.
2. Evaluación de la Teoría del Etiquetamiento
2.1. Críticas
El enfoque del etiquetamiento sufrió en los años 70 una serie de críticas que minaron seriamente su crédito. Autores como Wellford (1975) advirtieron que algunos actos son intrínsecamente delictivos:
Conductas que atentan gravemente contra bienes jurídicos fundamentales (homicidio, robo en viviendas, delitos graves contra la libertad sexual…) se encuentran prohibidas bajo la amenaza de pena en todas las sociedades, independientemente de la reacción que, en cualquier caso, provocan.
La persecución y arresto de las conductas delictivas tiene que ver con las características del hecho (su gravedad) y no tanto con las características de la persona que lo ha realizado.
El etiquetado no afecta de forma evidente el concepto que la persona tiene de sí misma.
3. La Teoría del Avergonzamiento Reintegrador
Braithwaite (1989) ha propuesto la conocida teoría del avergonzamiento reintegrador (reintegrative shaming) que, recurriendo a la metodología teórica de la integración, concede importantes efectos al etiquetamiento. Cuando la reacción social ante un hecho delictivo activa en su autor un avergonzamiento que le hace reconciliarse con la sociedad, en vez de estigmatizarlo, aquél tenderá a no volver a delinquir.
La teoría de Braithwaite se centra en la delincuencia secundaria, o sea que asume que muchas personas cometerán hechos delictivos por una vez en su vida, pero que la reacción social a tales hechos es decisiva para que continúen su carrera delictiva o para que la abandonen. En este sentido, es más preciso considerarla como una teoría sobre la reincidencia.
3.1. Tipos de Reacción Social
Cuando se comete un hecho delictivo o desviado, según Braithwaite, suele producirse que la comunidad reaccione en sentido negativo. Esta reacción puede ir desde una mera desaprobación mediante miradas y gestos, hasta una respuesta penal. La reacción que provoca un hecho delictivo puede tomar distintas modalidades. La reacción de la comunidad puede tener, entonces, un efecto de avergonzamiento en el delincuente que puede ser reintegrador o desintegrador:
Reintegrador. En el primer caso, también se encontrarán en la reacción social, junto a una reacción negativa no desorbitada, elementos de reaceptación por parte de la comunidad. Entre los mismos se encuentran desde meros gestos amistosos hasta ceremonias de readmisión. Cuando esto ocurre, el delincuente tenderá a no volver a delinquir puesto que será consciente del daño causado y de la vigencia de las normas que ha infringido, pero a la vez la comunidad le deja una puerta abierta para que pueda, en efecto, volver a la misma y reconciliarse.
Desintegrador. Por el contrario, la reacción de la comunidad puede ser desintegradora, estigmatizadora. Esto tiene lugar cuando la reacción se queda en una reacción negativa. En estos casos, el delincuente puede verse apartado simbólicamente de la sociedad y convertido en un marginado; y, consiguientemente, tenderá a continuar su carrera delictiva.
Naturalmente, este proceso se retroalimenta: cuando el individuo es estigmatizado tenderá también a censurar a sus censuradores, de modo que la reacción social cada vez podrá tener menos efectos reintegradores.
3.2. Inspiración en la Educación Familiar
La idea del avergonzamiento reintegrador se inspira en el modelo de la educación de la familia. En efecto, en la familia se hace ver que algo está mal y no debe repetirse, pero se hace en un marco de cariño y apoyo mutuo que permite a la vez el avergonzamiento y el castigo y que los vínculos familiares y sociales no se debiliten. En las familias en las que predomina el cariño es donde mejor funciona el avergonzamiento reintegrador.
En general, las sociedades poco igualitarias tienen una estructura que favorece la humillación y la estigmatización frente a la reintegración; mientras que las sociedades justas son más proclives a un avergonzamiento reintegrador con efectos preventivos y humanos.
3.3. Política Criminal
Una de las consecuencias más importantes de la teoría es su Política criminal, que postula lo siguiente:
Es mejor promover que el agresor vea el daño causado, lo repare y se reconcilie con la víctima que no simplemente privarle de libertad.
Es mejor apostar por las sanciones informales y por el reforzamiento de la consciencia individual que por sanciones jurídico-penales.
La justicia restaurativa: restaurar a las víctimas, a los ofensores y a las comunidades. Estos objetivos adquieren prioridad sobre el castigo.
Movimientos sociales como estrategia de prevención del delito.
3.4. Eficacia del Avergonzamiento
La teoría argumenta que el mecanismo del avergonzamiento funciona porque:
No se quiere perder la aprobación social de personas a las que se tiene estima, y el delito es algo que puede poner estas relaciones en peligro.
El avergonzamiento colabora en el reforzamiento de una conciencia que impide por sí misma la comisión de delitos.