Fundamentos de la Moral y Sacramentos Cristianos: Preguntas y Respuestas
Fundamentos de la Moral Cristiana
La Dignidad Humana y la Libertad
1. ¿Cuál es, según la fe cristiana, la raíz de la dignidad de la persona humana?
La dignidad de la persona humana está arraigada en su creación a imagen y semejanza de Dios. Dotada de alma espiritual e inmortal, de inteligencia y de voluntad libre, la persona humana está ordenada a Dios y llamada, con alma y cuerpo, a la bienaventuranza eterna.
2. ¿Qué importancia tiene el mensaje de Jesús contenido en las Bienaventuranzas en el contexto de la moral cristiana?
Las Bienaventuranzas son el centro de la predicación de Jesús; recogen y perfeccionan las promesas de Dios, hechas a partir de Abraham. Dibujan el rostro mismo de Jesús, y trazan la auténtica vida cristiana, desvelando al hombre el fin último de sus actos: la bienaventuranza eterna.
3. ¿Qué es la libertad en el sentido cristiano del término?
La libertad es el poder dado por Dios al hombre de obrar o no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar de este modo por sí mismo acciones deliberadas. Es la característica de los actos propiamente humanos. Cuanto más se hace el bien, más libre se va haciendo también el hombre. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, Bien supremo y Bienaventuranza nuestra. Implica también la posibilidad de elegir entre el bien y el mal. La elección del mal es un abuso de la libertad, que conduce a la esclavitud del pecado.
4. ¿Qué relación hay entre libertad y responsabilidad?
La libertad hace al hombre responsable de sus actos, en la medida en que éstos son voluntarios; aunque tanto la imputabilidad como la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas o incluso anuladas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia soportada, el miedo, los afectos desordenados y los hábitos.
5. ¿Por qué, según la fe cristiana, el hombre tiene derecho a ejercer su libertad?
El derecho al ejercicio de la libertad es propio de todo hombre, en cuanto resulta inseparable de su dignidad de persona humana. Este derecho ha de ser siempre respetado, especialmente en el campo moral y religioso, y debe ser civilmente reconocido y tutelado, dentro de los límites del bien común y del justo orden público.
6. ¿Por qué dice el cristianismo que la libertad humana está debilitada?
Nuestra libertad se halla debilitada a causa del pecado original. El debilitamiento se agrava aún más por los pecados sucesivos. Pero Cristo «nos liberó para ser libres» (Ga 5, 1). El Espíritu Santo nos conduce con su gracia a la libertad espiritual, para hacernos libres colaboradores suyos en la Iglesia y en el mundo.
Moralidad de los Actos Humanos
7. ¿Cuáles son las tres fuentes de moralidad de un acto humano según la fe cristiana? Descríbelas brevemente.
La moralidad de los actos humanos depende de tres fuentes:
- Del objeto elegido, es decir, un bien real o aparente.
- De la intención del sujeto que actúa, es decir, del fin por el que lleva a cabo su acción.
- De las circunstancias de la acción, incluidas las consecuencias de la misma.
8. ¿Cuándo un acto es moralmente bueno según la moral cristiana?
El acto es moralmente bueno cuando supone, al mismo tiempo, la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias. El objeto elegido puede por sí solo viciar una acción, aunque la intención sea buena. No es lícito hacer el mal para conseguir un bien. Un fin malo puede corromper la acción, aunque su objeto sea en sí mismo bueno; asimismo, un fin bueno no hace buena una acción que de suyo sea en sí misma mala, porque el fin no justifica los medios. Las circunstancias pueden atenuar o incrementar la responsabilidad de quien actúa, pero no puede modificar la calidad moral de los actos mismos, porque no convierten nunca en buena una acción mala en sí misma.
9. ¿Hay actos -según la moral cristiana- que en sí mismos -independientemente del fin y de las circunstancias- sean siempre ilícitos? ¿Por qué?
Hay actos cuya elección es siempre ilícita en razón de su objeto (por ejemplo, la blasfemia, el homicidio, el adulterio). Su elección supone un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral, que no puede ser justificado en virtud de los bienes que eventualmente pudieran derivarse de ellos.
Las Pasiones y la Conciencia Moral
10. ¿Qué son las pasiones en el contexto de la moral cristiana?
Las pasiones son los afectos, emociones o impulsos de la sensibilidad –componentes naturales de la psicología humana–, que inclinan a obrar o a no obrar, en vista de lo que se percibe como bueno o como malo. Las principales son el amor y el odio, el deseo y el temor, la alegría, la tristeza y la cólera. La pasión fundamental es el amor, provocado por el atractivo del bien. No se ama sino el bien, real o aparente.
11. ¿Las pasiones son moralmente buenas o malas para el cristianismo?
Las pasiones, en cuanto impulsos de la sensibilidad, no son en sí mismas ni buenas ni malas; son buenas, cuando contribuyen a una acción buena; son malas, en caso contrario. Pueden ser asumidas en las virtudes o pervertidas en los vicios.
12. ¿Qué es la conciencia moral?
La conciencia moral, presente en lo íntimo de la persona, es un juicio de la razón, que en el momento oportuno, impulsa al hombre a hacer el bien y a evitar el mal. Gracias a ella, la persona humana percibe la cualidad moral de un acto a realizar o ya realizado, permitiéndole asumir la responsabilidad del mismo. Cuando escucha la conciencia moral, el hombre prudente puede sentir la voz de Dios que le habla.
13. ¿Qué consecuencia tiene para una persona ser forzada a obrar en contra de su conciencia? ¿Qué límites tendría el ejercicio de esa libertad de conciencia para el cristiano?
La dignidad de la persona humana supone la rectitud de la conciencia moral, es decir que ésta se halle de acuerdo con lo que es justo y bueno según la razón y la ley de Dios. A causa de la misma dignidad personal, el hombre no debe ser forzado a obrar contra su conciencia, ni se le debe impedir obrar de acuerdo con ella, sobre todo en el campo religioso, dentro de los límites del bien común.
14. ¿Cómo se forma la conciencia para que sea recta y veraz?
La conciencia recta y veraz se forma con la educación, con la asimilación de la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia. Se ve asistida por los dones del Espíritu Santo y ayudada con los consejos de personas prudentes. Además, favorecen mucho la formación moral tanto la oración como el examen de conciencia.
El Fin no Justifica los Medios
15. Para el cristianismo “nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien”. Razona esta afirmación desde la perspectiva de la fe cristiana.
El acto moralmente bueno supone a la vez la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias. Hay comportamientos concretos cuya elección es siempre errada porque esta comporta un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral. No está permitido hacer un mal para obtener un bien. No se puede justificar una acción mala por el hecho de que la intención sea buena” (S. Tomás de Aquino, In duo praecepta caritatis et in decem Legis praecepta expositio, c. 6). El fin no justifica los medios. El objeto elegido especifica moralmente el acto de la voluntad según que la razón lo reconozca y lo juzgue bueno o malo. El objeto, la intención y las circunstancias constituyen las tres “fuentes” de la moralidad de los actos humanos.
16. ¿En qué consiste la “regla de oro” de la moral cristiana?
La llamada Regla de oro: «Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos» (Mt 7, 12). Tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros.
17. ¿Puede la conciencia moral juzgar erróneamente un acto? En el caso de ignorancia involuntaria por parte de la persona, ¿es imputable el mal cometido si ha obrado según su conciencia errónea?
La persona debe obedecer siempre al juicio cierto de la propia conciencia, la cual, sin embargo, puede también emitir juicios erróneos, por causas no siempre exentas de culpabilidad personal. Con todo, no es imputable a la persona el mal cometido por ignorancia involuntaria, aunque siga siendo objetivamente un mal. Es necesario, por tanto, esforzarse para corregir la conciencia moral de sus errores.
Las Virtudes
18. ¿Qué es la virtud?
La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien: «El fin de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios» (San Gregorio de Nisa). Hay virtudes humanas y virtudes teologales.
19. ¿Cuáles son las principales virtudes humanas?
Las principales virtudes humanas son las denominadas cardinales, que agrupan a todas las demás y constituyen las bases de la vida virtuosa. Son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
20. ¿Qué es una virtud “teologal” y cuáles son?
Las virtudes teologales son las que tienen como origen, motivo y objeto inmediato a Dios mismo. Infusas en el hombre con la gracia santificante, nos hacen capaces de vivir en relación con la Santísima Trinidad, y fundamentan y animan la acción moral del cristiano, vivificando las virtudes humanas. Son la garantía de la presencia y de la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser humano. Las virtudes teologales son la fe, la esperanza y la caridad.
21. ¿Qué es el pecado según la moral cristiana?
El pecado es «una palabra, un acto o un deseo contrarios a la Ley eterna» (San Agustín). Es una ofensa a Dios, a quien desobedecemos en vez de responder a su amor. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Cristo, en su Pasión, revela plenamente la gravedad del pecado y lo vence con su misericordia.
Los Sacramentos de la Iniciación Cristiana
El Bautismo
1. ¿Qué es la iniciación cristiana y cómo se realiza?
Mediante los sacramentos de la Iniciación Cristiana, el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, se ponen los fundamentos de toda vida cristiana. La participación en la naturaleza divina, que los hombres reciben como don mediante la gracia de Cristo. Los fieles renacidos en el Bautismo se fortalecen con el sacramento de la Confirmación y, finalmente, son alimentados en la Eucaristía con el manjar de la vida eterna, y, así por medio de estos sacramentos de la Iniciación Cristiana, reciben cada vez con más abundancia los tesoros de la vida divina y avanzan hacia la perfección de la caridad.
2. ¿Cómo aparece el bautismo en la Sagrada Escritura?
A la Creación, al Diluvio, al Mar Rojo, al Bautismo de Cristo, a su Muerte en la Cruz y al envío misionero de los Apóstoles.
3. ¿Quién puede recibir el sacramento del bautismo?
Puede recibir el Bautismo cualquier persona que no esté aún bautizada.
4. ¿En qué consiste el rito esencial (gesto y palabra) del Bautismo?
El bautismo cristiano consiste en una determinada aplicación del agua sobre una persona, invocando a la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (o a Jesús solo, en algunas versiones del cristianismo), con el fin de hacer participar a quien lo recibe en la muerte y la resurrección de Jesucristo, constituyéndole: profeta, sacerdote y rey junto con Cristo, hijo(a) de Dios y heredero(a) de su Reino, e integrándole a la comunidad de la Iglesia, como miembro vivo del Cuerpo Místico de Cristo.
5. ¿Por qué la Iglesia bautiza a los niños?
La Iglesia bautiza a los niños puestos que, naciendo con el pecado original, necesitan ser liberados del poder del maligno y trasladados al reino de la libertad de los hijos de Dios.
6. ¿Es necesario el bautismo para la salvación? ¿Hay salvación posible sin el bautismo?
El Bautismo es necesario para la salvación de todos aquellos a quienes el Evangelio ha sido anunciado y han tenido la posibilidad de pedir este sacramento. Puesto que Cristo ha muerto para la salvación de todos, pueden salvarse también sin el Bautismo todos aquellos que mueren a causa de la fe (Bautismo de sangre), los catecúmenos, y todo aquellos que, bajo el impulso de la gracia, sin conocer a Cristo y a la Iglesia, buscan sinceramente a Dios y se esfuerzan por cumplir su voluntad (Bautismo de deseo). En cuanto a los niños que mueren sin el Bautismo, la Iglesia en su liturgia los confía a la misericordia de Dios.
7. ¿Cuáles son los efectos del bautismo en la persona que lo recibe?
El Bautismo perdona el pecado original, todos los pecados personales y todas las penas debidas al pecado; hace participar de la vida divina trinitaria mediante la gracia santificante, la gracia de la justificación que incorpora a Cristo y a su Iglesia; hace participar del sacerdocio de Cristo y constituye el fundamento de la comunión con los demás cristianos; otorga las virtudes teologales y los dones del Espíritu Santo. El bautizado pertenece para siempre a Cristo: en efecto, queda marcado con el sello indeleble de Cristo (carácter).
8. ¿Quién puede administrar el sacramento del Bautismo?
Los ministros ordinarios del Bautismo son el obispo y el presbítero; en la Iglesia latina, también el diácono. En caso de necesidad, cualquiera puede bautizar, siempre que tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia. Éste derrama agua sobre la cabeza del candidato y pronuncia la fórmula trinitaria bautismal: «Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».
La Confirmación
9. ¿Por qué el sacramento de la Confirmación recibe ese nombre?
Se llama Confirmación, porque confirma y refuerza la gracia bautismal. Se llama Crismación, puesto que un rito esencial de este sacramento es la unción con el Santo Crisma (en las Iglesias Orientales, unción con el Santo Myron).
10. ¿En qué consiste el rito esencial (gesto y palabra) de la Confirmación?
El rito esencial de la Confirmación es la unción con el Santo Crisma (aceite de oliva mezclado con perfumes, consagrado por el obispo), que se hace con la imposición de manos por parte del ministro, el cual pronuncia las palabras sacramentales propias del rito. En Occidente, esta unción se hace sobre la frente del bautizado con estas palabras: «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo». En las Iglesias Orientales de rito bizantino, la unción se hace también en otras partes del cuerpo, con la fórmula: «Sello del don del Espíritu Santo».