La Persona y su Trascendencia

Boecio define a la persona como: sustancia individual de naturaleza racional. Cuando decimos que la persona se pertenece a sí mismo, que tiene valor propio, nos referimos a ella como: Sujeto. La persona como individuo posee una unidad interna en sí mismo y es diferente de otros. La inteligencia, el amor, los sentimientos, la moralidad y la religiosidad son algunas de las capacidades superiores del hombre que le identifican como racional.

Ramón Lucas define Trascendencia como el movimiento con el cual el hombre se supera continuamente a sí mismo; este movimiento tiene una dirección, apunta hacia una meta: el Absoluto. La inteligencia es potencia ilimitada de Verdad. La voluntad es potencia ilimitada de Bien. Solo Dios es Verdad infinita y absoluta y Bien ilimitado y absoluto.

El Hecho Religioso

A la evidencia de que la religión existe se le denomina como: hecho religioso. La Religión es un hecho humano específico que tiene su origen en el reconocimiento por parte del hombre de una realidad suprema, la cual confiere sentido último a la propia existencia. La entrega libre y personal a Dios que se revela y la vivencia interna son características de la fe. Ser colectiva, consolidar y tener ritos externos son característicos de la religión.

La Religiosidad y sus Raíces

La religiosidad es un fenómeno natural y universal, derivado de dos raíces, capacidades o necesidades innatas y propias de la especie humana:

  1. Capacidad de trascender, que implica conocer, experimentar y vivir eternamente en la verdad plena: material, intelectual y espiritual, resolviendo la incógnita sobre el sentido de la propia existencia, del mundo (realidad física), de la muerte y del más allá (mundo inmaterial).
  2. Capacidad de ser feliz, que aspira a lograr la completa realización y desarrollo de todas las capacidades humanas:
    • Físico-materiales: salud, riqueza, poder, etc.
    • Intelectuales-psicológicas: sabiduría, madurez, equilibrio, amistad, ciencia, etc.
    • Espirituales-morales: fe, esperanza, caridad, libertad, paz, solidaridad, unidad, etc. Superando la condición humana terrena de limitación y dependencia.

Teodicea y Teología

La Teodicea es la ciencia que estudia a Dios y el fenómeno religioso, analizando las causas o razones últimas de esa experiencia. El método utilizado por la teodicea es el fenomenológico, que consiste en la observación atenta y objetiva, libre de prejuicios, de los fenómenos religiosos tal como se presentan.

La Teología es la ciencia que estudia a Dios, la fe, las creencias, ritos, y todo lo que pertenece al ámbito religioso desde el punto de vista de la Revelación o el conocimiento revelado por Dios a los hombres. La teología utiliza los métodos histórico-crítico y la exégesis canónica.

El método histórico-crítico busca los diversos hechos desde el contexto del tiempo en el que se formaron los textos. Intenta conocer y entender con la mayor exactitud posible el pasado –tal como era en sí mismo– para descubrir así lo que el autor quiso y pudo decir en ese momento, considerando el contexto de su pensamiento y los acontecimientos de entonces.

La Exégesis Canónica propone leer los diversos textos bíblicos en el conjunto de la única escritura. En la clasificación de las ciencias según la escala de los valores humanos, la teología se encuentra en los valores espirituales.

¿Por qué estudiar teología? C.S. Lewis escribe al respecto: «Si no estudias teología, esto no querrá decir que no tengas ideas acerca de Dios, sino que tendrás muchas equivocadas».

Pruebas de la Existencia de Dios

El estudio científico de los actos humanos (Ética), de los valores (Axiología) y de las creencias (Teología), demuestran que el sentido último de la vida humana y modelo supremo de conducta es Dios. La ciencia en numerosas disciplinas (Antropología, Sociología, Ética, Filosofía, Teología, Física, Medicina, Psicología, Historia, Escriturística, etc.) posee pruebas de la existencia de Dios.

Pruebas Externas (Aristóteles y Tomás de Aquino):

  1. El movimiento: Dios es primer motor inmóvil (Física).
  2. El orden: Dios es primera causa eficiente del orden (Filosofía).
  3. La necesidad: Dios es ser necesario en sí mismo (Filosofía).
  4. La perfección: Dios es perfección suma y causa de las perfecciones de todas las cosas (Filosofía).
  5. La finalidad: Dios es ser inteligente que dirige todas las cosas materiales a su fin (Filosofía).

Otras Pruebas Externas:

  • Los milagros: Dios es el autor de curaciones y hechos declarados por la ciencia empírica (Física, Medicina, Psicología, etc.) como «sin causa natural ni humana».
  • Los fenómenos paranormales: Dios es el ser que permite y controla las manifestaciones de espíritus y revelaciones del mismo Dios (Psicología, Teología).

Pruebas Internas (Agustín de Hipona):

  • Las verdades eternas: la inteligencia descubre que existe una relación entre las cosas y una Causa eterna (Filosofía).
  • La ley natural o el deber moral: la inteligencia descubre que existe la necesidad de un Legislador y Juez eterno (Ética) [C. S. Lewis, «Mero Cristianismo»].
  • El deseo y búsqueda de la felicidad: la inteligencia y la voluntad descubren que la felicidad es el estado en el cual se realizan todos los deseos y no queda nada más por desear. Este estado se alcanza únicamente por la posesión de un Bien infinito, más grande del cual no puede ni existir, ni pensarse ni desearse nada (Filosofía).

Atributos de Dios

Dios es el ser o modelo más importante y perfecto, conocido por el hombre. Definido como el creador, la inteligencia ordenadora, ser increado, eterno, todopoderoso, omnisciente…

El Catecismo de la Iglesia católica (http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p4s1c1_sp.html) afirma: «Por la creación Dios llama a todo ser desde la nada a la existencia… Incluso después de haber perdido, por su pecado, su semejanza con Dios, el hombre sigue siendo imagen de su Creador. Conserva el deseo de Aquel que lo llama a la existencia. La imagen del Creador está impresa en su ser y él siente la necesidad de encontrar una luz para dar respuesta a las preguntas que atañen al sentido profundo de la realidad; respuesta que no puede encontrar en sí mismo, en el progreso ni en la ciencia empírica.

El hombre “digital”, al igual que el de las cavernas, busca en la experiencia religiosa los caminos para superar su finitud y para asegurar su precaria aventura terrena. Por lo demás, la vida sin un horizonte trascendente no tendría un sentido pleno, y la felicidad, a la que tendemos todos, se proyecta espontáneamente hacia el futuro, hacia un mañana que está todavía por realizarse. El hombre sabe que no puede responder por sí mismo a su propia necesidad fundamental de entender. Aunque se haya creído y todavía se crea autosuficiente, sabe por experiencia que no se basta a sí mismo. Necesita abrirse a otro, a algo o a alguien, que pueda darle lo que le falta; debe salir de sí mismo hacia Aquel que pueda colmar la amplitud y la profundidad de su deseo.

La Oración

Santo Tomás de Aquino, uno de los más grandes teólogos de la historia, define la oración como «expresión del deseo que el hombre tiene de Dios». La oración, que es apertura y elevación del corazón a Dios, se convierte así en una relación personal con él. Y aunque el hombre se olvide de su Creador, el Dios vivo y verdadero no deja de tomar la iniciativa llamando al hombre al misterioso encuentro de la oración. Para San Juan Clímaco, la oración se trata más bien de una «conversación familiar y unión del hombre con Dios». La oración es absolutamente necesaria para la vida espiritual. La oración, como todo acto plenamente personal, requiere atención e intención, conciencia de la presencia de Dios y diálogo efectivo y sincero con Él.

La Existencia Histórica de Jesús

¿Es posible afirmar, sin ningún género de dudas, la existencia real de Jesús de Nazaret? Sí, gracias a referencias historiográficas de:

  • Flavio Josefo (37-102): Historiador judeo-romano que menciona a Jesús en sus escritos y a los cristianos.
  • Plinio el Joven (62-113).
  • Cornelio Tácito (54-119).
  • Suetonio Tranquilo (75-160).
  • Luciano de Samosata (120-180): Filósofo y autor satírico, que escribió un texto irónico contra los cristianos «La muerte de Peregrino», en donde dice que los cristianos «adoran a un hombre que fue crucificado en Palestina por introducir un nuevo culto en el mundo».
  • Carta de Mara Bar-Serapion (73-100).
  • Los grandes rabinos del Talmud (70-500) mencionan que en “vísperas de la Pascua, fue colgado Jesús de Nazaret”.
  • Cartas de Pablo de Tarso (50-73).
  • Evangelios de Marcos (50-65), Mateo (65-70), Lucas (70-80) y Juan (90-100).

Jesucristo: Encrucijada de la Historia

Jesucristo ha sido reconocido por los hombres de todos los tiempos y por la ciencia como «el hombre perfecto» (Ernest Renan, Vida de Jesús). Es por eso que Jesucristo es el centro o eje de la historia, quien la divide en antes y después de él, pues la transformó radicalmente. Jesucristo es la persona humana más influyente, más amada, admirada, seguida, imitada y por quien más hombres y mujeres han dado su vida.

Jesucristo, según los datos que aporta la Teología, es La Palabra de Dios hecha carne. Jesús se encarnó para salvar a los seres humanos del mal. A Jesús se le condenó por parte del sanedrín a la pena máxima por el delito de blasfemia. Poncio Pilato, representante del poder romano, lo entregó a la muerte por crucifixión como rebelde político.

La Salvación Cristiana

Las tres figuras que nos permiten entender la salvación cristiana son:

  • Sacrificio expiatorio: Jesús realiza el sacrificio expiatorio por su entrega total a Dios.
  • Redención – rescate: Jesús paga nuestra redención-rescate para hacernos libres.
  • Satisfacción sustitutiva: por el pecado el hombre rompe con todo lo establecido por Dios, a la vez que le ofende. La ofensa resulta infinita porque la dignidad de la persona ofendida es infinita. Dios se hace hombre para reparar la falta.

La Resurrección

Solo la experiencia de la resurrección descubre el sentido de la vida y de la muerte de Jesús. Con la resurrección queda patente que Dios daba la razón a Jesús y aprobaba su camino de servicio a los hombres. Por la entrega total a Dios de Jesús, somos salvados. Jesús es el primero de todos los que, caminando en una vida de servicio a los demás, superan, por la acción de Dios, la limitación humana. Por su resurrección, Jesús ha superado la muerte y la limitación de la necesidad, para vivir en la libertad con una forma de vida plena en calidad y cantidad. Ha sido exaltado, ha ascendido a la Derecha de Dios, ha sido glorificado.

La Naturaleza Divina de Jesús

Jesús, por ser salvador, es Dios, ya que sólo Dios, por su perfección, puede salvar. Cristo salva como Dios con su naturaleza humana y hace partícipes a los hombres de su salvación gracias a su naturaleza humana. Cristo tenía dos naturalezas, de Dios y de hombre; los textos del Evangelio unas veces se refieren a Jesucristo como Dios, y otras a Jesucristo como hombre. Jesucristo fue verdadero hombre, es clarísimo: pasaba hambre y por eso se acercaba a la higuera a ver si tenía higos; pasaba sed y le pedía a la samaritana que le diera agua del pozo; se cansaba y se quedaba dormido en la barca, etc. Jesucristo también tenía naturaleza divina; «Mi Padre y vuestro Padre». Mientras los hombres somos hijos adoptivos, Jesucristo es Hijo natural, es decir, de la misma naturaleza del Padre: tiene la misma naturaleza divina. Para ser cristiano es necesario creer que Jesucristo es el Hijo de Dios.