Consumir energía de forma inteligente va más allá de los gestos habituales comúnmente conocidos por todos y que forman parte de nuestro día a día.

Un consumidor inteligente no sólo se preocupa de ahorrar energía y por lo tanto reducir su gasto económico, sino que es sensible además a utilizarla de forma eficiente reduciendo así la huella ambiental y la dependencia de los combustibles fósiles.

El uso de equipos electrodomésticos eficientes, la iluminación de bajo consumo, etc., son gestos (más…)